Son muchos los prejuicios y tabúes que envuelven la práctica de la masturbación entre los adolescentes. No obstante, es algo muy habitual entre los jóvenes por lo que deberían dejarse de lado el pudor y las vergüenzas y afrontar el tema con toda la naturalidad que ello requiere.La autoestimulación genital suele ser frecuente durante la adolescencia. En cualquier caso, no se trata de un problema, sino de algo muy natural. El deseo de calmar las pulsiones sexuales que genera la revolución hormonal que tiene lugar durante la adolescencia se suele solventar con un aumento en la frecuencia de la masturbación.Y es que cuando un adolescente se masturba los motivos por los que lo hace son varios: Por un lado, la obtención de placer sexual; por otro, la curiosidad ante la obtención de un placer hasta entonces desconocido. Cuando el chico es más mayor, se convierte en una forma de descargar la ansiedad o las tensiones cotidianas.Es importante que el adolescente sepa que este placer es mucho mayor cuando se comparte con otra persona, es decir, cuando se mantienen relaciones sexuales. Pero lo cierto es que durante unos años la relación de pareja no es constante y mucho menos, la sexual.Un joven que se masturba no es menos "potente" que un hombre que no lo hace. Aunque es cierto que después de la masturbación el hombre necesita tiempo para volver a tener una erección, exactamente igual que después del coito.