Una de cada cinco personas padece algún trastorno relacionado con la salud mental a lo largo de su vida. Los expertos aseguran que, si se alían los factores precisos, quizá nadie esté libre de caer en una depresión o de sufrir ansiedad. Aunque cada vez más personas acuden a terapia, todavía muchas tienen reticencias por el estigma que ha acompañado a estos trastornos y por la creencia de que cada uno debe resolver sus dificultades psicológicas, algo que nadie se plantearía ante un problema médico.La ansiedad es una emoción útil para movilizarse frente a situaciones cotidianas o para enfrentarse al peligro. El inconveniente surge cuando su intensidad, frecuencia y duración se prolongan o aparece de manera anticipada y se convierte en un problema de salud. Es el doble de frecuente en mujeres y el tratamiento pasa, casi siempre, por exponerse de forma gradual a la situación que genera angustia.- FOBIA ESPECÍFICA. El más común de estos trastornos. Es el miedo excesivo e irracional a algo concreto, que normalmente no es peligroso: ascensores, aviones… Puede adquirirse por una experiencia traumática.- FOBIA SOCIAL. Es la timidez extrema. Hablar en público, por ejemplo, genera un miedo intenso a sentirse humillado, que se manifiesta con sudor, rubor, palpitaciones, temblores o náuseas. Comienza en la adolescencia o incluso antes.- AGORAFOBIA. Temor a sufrir un ataque de pánico en situaciones de las que puede ser difícil escapar: haciendo cola, en un atasco… Estas personas evitan los sitios donde hay mucha gente (tiendas, iglesias, teatros, calles concurridas…) y tienden a recluirse.- ANSIEDAD POR SEPARACIÓN. La más frecuente en la infancia. El niño sufre malestar físico y psicológico cuando hay una separación real o anticipada de su familia y teme que le pase algo grave.- ANSIEDAD GENERALIZADA. Preocupación excesiva por la salud, la familia o el trabajo y temor continuo e injustificado a que ocurran catástrofes. Se experimenta fatiga, tensión muscular y alteraciones del sueño.- CRISIS DE ANSIEDAD. Ataques repentinos de pánico sin motivo, de no más de 10 minutos. Se acompañan de sudor, ahogo, miedo a morir, dolor en el pecho, temblores y vértigo. El paciente teme los síntomas, la pérdida de control o volverse loco.- ESTRÉS POSTRAUMÁTICO. Secuelas psicológicas de un suceso traumático, que se manifiestan de forma persistente con "flashbacks" o pesadillas. Pueden pasar décadas entre el hecho y las secuelas.