Decorar una habitación implica hacerla confortable, vistosa, cómoda y habitable. Muchas veces se cae en el terrible error de llenar todos los huecos, todos los espacios, para que no parezca desnuda o desangelada, sin caer en la cuenta de que puede resultar sobrecargada y barroca.En otras culturas en cambio, como es el caso de los países nórdicos y algunos asiáticos (Japón sobre todo), se lleva más la sobriedad. En estos casos prescinden de muchos de los muebles y accesorios que nosotros consideramos imprescindibles.De este modo, es importante encontrar un término medio. Así, las zonas de paso no deben sobrecargarse. En el caso de un salón de pocos metros cuadrados los muebles bajos y escasos completados con una estantería sencilla serán suficientes y contribuirán a la sensación de amplitud que falta en dicho espacio.Por ejemplo en la cocina, los espacios despejados facilitan el trabajo que ahí se desempeña, si bien es cierto que en esta zona de la casa se hacen necesarios lugares de almacenamiento para ollas, sartenes y demás menaje.