Es evidente que la decoración de una casa alcanza su máximo exponente con los pequeños detalles. La armonía de los objetos ornamentales será fundamental para crear ambientes elegantes y concebidos desde el buen gusto. Un elemento indispensable en estos avatares es el tradicional florero o jarrón. Esta temporada vuelven osados y con curvas.Los materiales son muy variados; desde la ligereza del cristal y el aluminio hasta los reflejos dorados y el efecto lacado. El brillo del nácar y los motivos orgánicos se funden para crear sinuosos modelos, ya que los volúmenes parecen desafiar las leyes físicas.Las propuestas más tradicionales, es decir, el barro cocido también tiene cabida. También las vasijas cobran protagonismo, colocadas por ejemplo en el recibidor, o en la esquina de un pasillo.Dependiendo del tipo de jarrón que se coloque, puede ir solo o acompañado de flores. Así por ejemplo, uno fijo y estilizado de cristal quedará perfecto con flores de tallo largo y mucho colorido. Además, las flores siempre aportan un toque de frescor y por supuesto aroma a la estancia.La elección de las flores ha de ser cuidadosa, esto es, que no resulte demasiado pesado u ostentoso visualmente. A veces el jarrón solo ya es un elemento puramente decorativo.