Ropa, calzado, accesorios? Todos ellos tienen algo en común; necesitan de un lugar para ser guardados. El espacio de almacenaje, los armarios, son fundamentales en una casa para mantener el orden y las cosas siempre a mano. Los problemas de espacio encuentran una buena solución en el vestidor, ese espacio lleno de connotaciones íntimas que sirve para tener bien guardada y ordenada nuestra ropa.Existe un amplísimo abanico de posibilidades, aunque eso sí, dependen del espacio y de la distribución que se quiera obtener. Así, se pueden encontrar vestidores integrados en una habitación, constituyendo una estancia más de la casa -independiente-, o incluso formando un conjunto con el baño.El vestidor integrará un zapatero, que en el caso de ser femenino tendrá un papel protagonista. También forma parte de este mueble un armario o una barra de perchas donde se colgarán los trajes. Por último, quizá lo más importante, el espejo: los módulos del vestidor deberán estar distribuidos en función de este objeto, ya que va a ser el lugar frente al que se desarrollará toda la actividad de la estancia y, por lo tanto, entorno al cual se rige el resto del mobiliario.Una de las ventajas de este tipo de armario es que sirve también como un útil trastero al que destinar las prendas de fuera de temporada. Para solucionar el problema del almacenaje se puede colocar una bancada, con tapa abatible y que esté hueco, para que guardes la ropa en su interior. Por fuera, este mueble proporciona un útil servicio de banco en el que sentarte mientras te pones el calzado.Otra de sus ventajas es que no se necesita una casa con multitud de habitaciones ni que éstas sean demasiado espaciosas. El pladur es una excelente posibilidad, por la facilidad de instalación, su precio, y porque consigue crear estancias independientes con poco espacio.