Muchos de ustedes se sorprenderán al saber que las hembras son capaces de eyacular, durante el orgasmo alguna mujer experimenta la emisión involuntaria de fluidos, conocidos coloquialmente como chorros del punto G.
Aristóteles e Hipócrates, ya habían reflexionado sobre los orígenes del esperma femenino pero las primeras aproximaciones de la investigación científica fueron algunas descripciones fisiológicas rudimentarias que aparecen en la lectura de la cama favorita de todos, el Kama Sutra.
En los siglos siguientes, la eyaculación femenina siguió fascinando, pero no fue sino hasta años después que se hizo un verdadero progreso en la elaboración de la fuente de este flujo misterioso, encontrando así que las mujeres que se masturbaban, producían con más frecuencia esta eyaculación, la cual se formaba de palar la zona erógena en la pared frontal de la vagina o bien mejor conocido como punto G.
Muchos confunden los líquidos de una lubricación normal con una eyaculación femenina, en dónde principalmente estará compuesta en su mayoría por orina.
Se cree que la eyaculación femenina es producida por las glándulas de Skene, que se encuentran cerca de la uretra de una mujer y están hechas de tejido similar en composición a la glándula de la próstata de un hombre.
La única conclusión clara que los investigadores, recomiendan orinar con frecuencia, antes y durante la actividad sexual, el estar bien hidratado y divertirse sería uno de los consejos fundaméntalas para disfrutar de una eyaculación femenina.
A pesar de que la ciencia moderna puede no saber exactamente lo que es la eyaculación femenina, las mujeres que lo experimentan y los intensos orgasmos que generalmente lo acompañan, están demasiado contentos de realizar sus propios experimentos y dirigen a los compañeros con gritos de: ¡ahí, ahí!”
Así que vale la pena experimentar, y dejar fluir el cuerpo para lograr la eyaculación femenina.