¿Por qué mordemos a quienes amamos? Morder, la prueba de amor
Se llama agresión tierna y no se trata de una enfermedad incurable (aunque se parece), es amor
Suena a un comportamiento animal (y lo es) pero también completamente natural. Se llama “agresión tierna”. Cuando amamos nuestro cerebro libera ciertos químicos, oxitocina, dopamina y serotonina, son ellos los que nos llevan a morder a esa personal especial. No es más que una manera de mostrar que amamos a esa persona.
Todas hemos experimentado este impulso en medio de una sesión intensa de besos o en pleno juego sexual, incluso es algo que puede pasar “de la nada”, vas caminando por la calle con tu pareja y sientes unas ganas locas de morderlo. No te asustes, no se trata de una enfermedad incurable (aunque se parece), es amor.
De acuerdo a investigadores de la Universidad de Yale, este comportamiento es típico entre las personas que se aman, se llama “agresión tierna”, y tiene como propósito controlar las emociones que solemos expresar de maneras extrañas. Es como cuando lloras de felicidad y sencillamente no puedes parar.
Desde un punto de vista lógico, esta “agresión tierna” es necesaria para recuperar el equilibrio de tus emociones. Significa que esa persona te vuelve loca y la muerdes cuando ya no puedes contener tu amor. Deberían agradecerlo.
Pasa con todos los seres a los que amas, todos. Quizá no lo hagas con tu perrito porque su reacción (aunque también te ame) sea darte un buen mordisco. Y seguro has notado que también los bebés y niños pequeños nos provocan ternura, tanta que dan ganas de “comérselos”, metafóricamente por supuesto.
“…y eso que llaman locura, para mí, es la única forma sensata de amar”
-Françoise Sagan.
No somos caníbales, sencillamente amamos con locura, “…y eso que llaman locura, para mí, es la única forma sensata de amar”, decía Françoise Sagan.
Cómete a besos a tu pareja y demuéstrale a través de la agresión tierna el poder de tu amor. Morder también es amor.