¿Cuál la dieta de la eliminación y en que me beneficia?
Una dieta de eliminación de alimentos podría ser la solución a tus problemas
La Dieta de la eliminación es un plan de alimentación que propone eliminar durante un tiempo ciertos alimentos y volver a introducirlos en forma gradual para ver la reacción del organismo. Esto permite detectar aquellos que producen malestares físicos como dolores de cabeza, alergia o cansancio. Y al restringir harinas, azúcar y comidas procesadas, ayuda a bajar de peso, moviliza los depósitos de grasa del organismo y en una semana se pueden adelgazar hasta cinco kilos.
Es difícil saber exactamente qué nos causa el malestar: si es un alimento o la combinación de ellos. Por eso sugiere reintroducir los alimentos de a poco para ver la reacción del organismo. De todos modos, y como siempre les decimos cualquier plan de alimentación restrictivo debe estar supervisado por un médico.
Entre los alimentos que conviene suspender figuran los cítricos (naranja, limón, toronja) y vegetales como tomate, papa, pimento y berenjena. También se eliminan los huevos y la leche y sus derivados, el pescado crudo, la carne de cerdo y de res, la soja y sus derivados, los aceites procesados, el alcohol, el café, el azúcar refinada, el chocolate y la catsup, entre otros. Y si bien esta dieta no fue creada específicamente para bajar de peso, es posible hacerlo ya que se elimina el consumo de harinas, azúcar y alimentos procesados.
Para asegurar su efectividad, este plan se debe seguir por al menos 21 días porque es lo que le toma al organismo deshacerse de las sustancias incorporadas con la ingesta. Una vez depurado de ellas, la reintroducción de estos alimentos es compleja y puede llegar a tomar 5 o 6 semanas. Primero se agrega un alimento, por ejemplo los lácteos, y se espera dos días para ver la reacción del organismo. Si no se notan cambios adversos como dolores de cabeza, alergia, cansancio, se puede agregar un segundo tipo de alimento.
Entre los alimentos “permitidos” figuran las verduras de hoja verde, frutas, arroz integral, quínoa, legumbres, nueces y semillas, aguacate, aceite de coco y oliva, té verde, yerba mate, stevia, pescado cocido, carne de pavo y pollo orgánico.
Durante el tiempo que dura la dieta de eliminación se debe consumir mucha agua, a razón de 60 a 120 onzas líquidas (2 a 4 litros) al día. Conviene llevar un diario para anotar si hay alguna reacción adversa a algún alimento que se reincorpora, y también si hay mejoras en el organismo. Los síntomas que conviene observar son insomnio, dolor articular, fatiga, erupciones cutáneas, cefaleas, estreñimiento. diarrea o confusión mental.
Mientras dura esta dieta conviene sacar de la cocina los alimentos prohibidos y tener siempre a mano los que puedes consumir. Son pocos días, y los cambios pueden ser beneficiosos para toda la vida.