Los 5 mitos más peligrosos del fitness
En el mundo fitness proliferan los mitos. Cientos de mentiras que en Facebook y en Instagram ponen en riesgo la salud de quienes confían a ciegas
No necesitas ideas que saboteen tus expectativas, es momento de que conozcas 5 (peligrosos) mitos del universo fitness:
- Los abdominales te darán un abdomen plano y una cinturita de avispa. Numerosas investigaciones han demostrado que el organismo no es capaz de eliminar la grasa de forma localizada: cuando quemamos grasa, lo hacemos de todas las diferentes zonas en las que el cuerpo la almacena, así que, por muchos abdominales que hagamos, no vamos a perderla solo de la cintura
2. Beber agua con azúcar elimina el dolor. Las llamadas “agujetas” son dolores provocados por las microrupturas que se producen en las fibras musculares tras un entrenamiento intenso y necesitan regenerarse. Estas molestias suelen aparecer entre 24 y 36 horas después de dicho entrenamiento, en pleno proceso de regeneración. La glucosa no tiene nada que ver con este proceso. Todo lo contrario; una ingesta de azúcar como esta eleva la insulina en sangre de forma repentina.
3. Si no duele, no sirve. Un dolor leve después de tu rutina es normal porque los músculos se inflaman por el trabajo, pero si el dolor es muy intenso, quiere decir que te estás sobreejercitando, que cargas más peso del que debes, haces demasiadas repeticiones o tienes una técnica deficiente.
4. Sudar ayuda a quemar grasa. El sudor es un mecanismo de termorregulación, en el que solo se eliminan líquidos y minerales, pero nada de grasa. Hacer ejercicio elevando la temperatura puede, incluso, ser peligroso.
5. Las pesas te hacen engordar. Haciendo trabajo de fuerza con pesas no solo no se engorda, sino que se mejora el metabolismo, lo que contribuye a una mayor pérdida de grasa. Levantar pesas incrementa la fuerza y el tamaño muscular, además, mejora las estructuras ósea y muscular.
Por supuesto, todo en exceso es malo. El “síndrome del sobreentrenamiento” puede no solo arruinar una carrera deportiva, repercute en sueño, cansancio, contracturas musculares, esguinces e, incluso, trastornos crónicos. El mundo fitness tiene sus riesgos.