Ejercítate en casa, encuentra una motivación, ¡no hay pretexto!

Cuando queremos ponernos en forma, entrenar en casa es una de las posibilidades a nuestro alcance, que además puede tener muchas ventajas: no tienes que desplazarte, tienes una amplia disponibilidad de horarios porque entrenas cuando mejor te viene, tenemos una amplia variedad de ejercicios que podemos hacer sin apenas material.

Pero junto a estas ventajas también aparecen algunos contras, siendo el más común el de no encontrar motivación para ponerte a entrenar. Y es que siempre hay mil cosas que hacer: “tengo que poner la lavadora”, “tengo que ordenar mi cuarto”, “tengo que…”. Si no tienes motivación, siempre encontrarás una excusa: aquí es donde puedes encontrarla.

  • Establece un horario fijo para entrenar: sí, una de las ventajas del entrenamiento en casa es que puedes hacerlo cuando quieras, pero si no estableces un horario fijo (aunque sea aproximado) corres el riesgo de ir dejándolo para cuando más te apetezca o para cuando tengas más tiempo. Fija una hora: puede ser por la mañana antes de irte a trabajar, a última hora de la tarde o incluso a la hora de comer si trabajas desde casa, y cumple con tu horario a diario.
  • No entrenes con lo primero que pilles: vístete para la ocasión. No es cuestión de vestirnos de gala, pero una vez que tengas puesta la ropa y las zapatillas de deporte te será mucho más fácil ponerte manos a la obra.
  • Hazte con una buena banda sonora: la música siempre nos ayuda a motivarnos para entrenar y a dar lo mejor de nosotros mismos en los entrenamientos. Elabora tu propia playlist en Spotify con esas canciones que te ponen las pilas.
  • Registra tus progresos: llevar un diario de entrenamiento te ayudará a ver cómo vas progresando con el paso del tiempo. Una buena idea es hacer una prueba cada mes para ver cómo vas mejorando en tu condición física: fija un tiempo límite y cuenta cuántos burpees, flexiones, sentadillas o saltos a la comba puedes hacer en ese tiempo. Ver cómo mejoras sin duda te motivará a seguir entrenando.

 

Comenzar es siempre lo más difícil, pero una vez que el entrenamiento en casa pase a formar parte de tu rutina diaria verás cómo es más sencillo seguir con ello, ¡no lo dejes!

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