Se la conoce como la ciudad de los Caballeros y la cuna de Santa Teresa. Fue la población más importante del siglo XVI y es famosa en todo el mundo por su fortaleza amurallada, por sus muchas iglesias románicas y por ser Patrimonio de la Humanidad.La muralla. Se alza en cada una de sus 2.200 almenas y sus 88 torres, ciñéndose al caprichoso perfil de la tierra: ondulante, rocosa y nunca llana. Desde el adarve, al que se accede por la Casa de las Carnicerías o la Puerta del Alcázar (Plaza de Adolfo Suárez), se logra la mejor vista de Ávila, hacia todo el valle del Amblés. Pero las sombras de las murallas esconden otros tesoros, pues a espaldas de los muros se alza la impresionante catedral. Rica en épocas y estilos, sus raíces se hunden en las huellas de un templo románico, su cabecera es gótica, mientras que el sepulcro, de Alonso de Madrigal, es fruto del Renacimiento. Y por si fuera poco, está la ruta que une el Mercado Chico, centro neurálgico de la ciudad, con el Mercado Grande o Plaza de Santa Teresa. Un camino de palacios, torres y murallas que más que ruta es un pasaje al medievo.La traída religiosa. Esta ciudad tiene un pasado de misticismo difícil de igualar. Su hija predilecta, Teresa de Cepeda, Santa Teresa, fue doctora de la iglesia, mística y escritora. Fundó la orden de las Carmelitas Descalzas y hoy, su casa natal (Plaza de la Santa, 2) es un museo que recorre su vida. Pero Santa Teresa comparte sitio con místicos de otras dos religiones: Mose León (judío) y el Mancebo de Arévalo (musulmán). El primero fue el autor del Zohar, la base de la Cábala judía, mientras que al musulmán se debe la autoría de la Tafira, el último escrito espiritual del islam en español. Algo alejado del centro está el Real Monasterio de Santo Tomás (Plaza de Granada), antigua propiedad del tesorero de los Reyes Católicos, donde el gótico se hace presente en sus tres claustros: el del Silencio, el del Noviciado y el que fuera construido por la reina. Hoy funciona como Museo de Arte Oriental.Gastronomía. Pero esta ciudad también es famosa por sus tapas, toda una cuestión espiritual. Tanto es así que a finales del mes de junio se celebra el concurso "Ávila en tapas". No dejes de visitar La Albardería (C/ San Segundo, 19). No tienen carta y el camarero canta las especialidades del día. En el Mesón Gredos (C/ de los Comuneros de Castilla) sus pinchos son una tradición y en la taberna El Lagartijo (Pza. de la Victoria), descubrirás unas croquetas de cocido irrepetibles.