Iberos, romanos, árabes y cristianos conforman en Granada un crisol cultural que va más allá de la admirable monumentalidad, manifestándose en su gastronomía, cultura, costumbres, y sobre todo en el espíritu de sus gentes, abierto, alegre y receptivo con todos aquellos que vienen a visitar la joya nazarí."No hay en la vida nada como la pena de ser ciego en Granada" dice el refrán, y no poder ver la belleza de su Alhambra en la cumbre del monte Sabika custodiada por los barrios del Albayzín y el Realejo, regada por las aguas del Genil y el Darro, aguas que dan vida a los palacios nazaríes, a los jardines del Generalife y a la vega de Granada; aguas que descienden de los neveros de Sierra Nevada, allí donde Muley Hacen quiso eternizar su descanso para poder contemplar eternamente su ciudad, la misma Granada que años más tarde añorara Boabdil, el último Rey nazarita, que lloró "como mujer" cuando supo que tenía que partir.Ir a Granada alegra los sentidos por la belleza de sus innumerables monumentos. La Alhambra, el Generalife, la Catedral, palacios e iglesias…, nada igualable a la vista de la Alhambra, engalanada por la Sierra Nevada y la albaicinera plaza de San Nicolás.Por pocos euros y una reserva previa que se puede realizar llamando al teléfono 902 441 221, se puede conocer la Alhambra de la mano de un guía. Las visitas guiadas se efectúan los viernes, sábados y domingos en grupos de veinticinco personas y se consolidan como una alternativa para conocer la "Alhambra desconocida". De esta manera granadinos y visitantes podrán descubrir lugares de la Alhambra que, bien por sus características o por su conservación, no se incluyen en la ruta ordinaria de la visita al monumento, como El Peinador de la Reina o El Salón de los Secretos.Nuestra recomendación gastronómica nos acerca al restaurante Torres Bermejas. Entre las singulares edificaciones de Plaza Nueva se alzan dos torres culinarias. Dos tenedores las coronan con objeto de indicar al comensal que en este restaurante no sólo se come bien sino que, además, se disfruta de las vistas de su majestuosa terraza. Para dormir, un lugar idóneo son las estancias renacentistas de la Hospedería del Zenete, junto a las faldas de Sierra Nevada y a escasos metros del Castillo Palacio de La CalahorraMás información en el Ayuntamiento de Granada, en las páginas oficiales de la Junta de Andalucía y en el Patronato de la Alambra.