Baqueira es el ?Rolls Royce? de las estaciones de esquí españolas. Junto con la granadina de Sierra Nevada, son las únicas que se acercan a los estándares de calidad de las alpinas. Sus pistas son anchas, largas, magníficamente cuidadas y la mayoría de los remontes, modernos y rápidos. Pero quizá donde Baqueira saca varias cabezas de ventaja al resto es en el entorno, en la cuidada estética de un valle donde las casas mantienen el estilo tradicional de construcción -fachadas de piedra, tejado de pizarra y balconadas de madera-; en la gastronomía privilegiada de una zona que siempre ha tenido un acceso más sencillo desde Francia que desde la fachada sur del pirineo español y en el ?famoseo? y la ?pijotería profesional? que habitualmente pasea su palmito por las pistas o los restaurantes. Tiene Baqueira algo que sólo se da en la ópera y en los toros. Un porcentaje nada despreciable de los que acuden a esta meca nacional del esquí tienen poco interés por la nieve y ocupan la mayor parte de su tiempo en ver y en ser vistos.Hay un pequeño defecto en el Valle de Arán. Quizá por su histórico aislamiento invernal, allí no han oído hablar del Índice de Precios del Consumo que elabora cada mes el INE. Ellos, los araneses, que tienen un dialecto propio, han convertido Baqueira-Beret en un lugar caro, demasiado caro, en el que sólo se puede sobrevivir con un poco de información privilegiada.Huya del caos urbanístico de la estación o de Vielha, la capital de la zona, y dirija sus pasos hacia alguno de los pueblecitos esparcidos en la carretera que discurre por el Valle de Arán. Arties es un buen destino. Se ha convertido en un merecido epicentro del ?apreski?.Dormir
Si busca un hotelito con encanto y a precio de saldo, aquí encontrará la Posada Casa Portolá (T 973 640 828) por 52 euros la habitación doble. No confundir con el Parador Nacional Gaspar de Portolá, especialmente caro -145 euros- y con unas habitaciones que hace ya algunos años que demandan a gritos una reforma. A tan sólo unos metros tiene también la Casa de Ana Bruna (T 973 644 123), por 80 euros. Un ambiente familiar y acogedor y un desayuno pantagruélico. Y si se decide a estirar un poquito más el presupuesto, no se pierda el Besiberri (T 973 644123) ?100 euros la doble?, que merecería un lugar de honor en el concurso de hoteles más coquetos del mundo.Comer
Si está en plena ?danza del urogallo? con su pareja -?ennoviando? que dicen los mexicanos- y quiere aprovechar la ocasión para una cena romántica, no lo dude: cenar en Candelaria (T 973 642 024), un restaurante de Arties decorado como una almoneda o La Tartería de Garós (T 973 642 767), donde uno respira la exquisitez con un ligero aroma afrancesado.También en Arties, el peculiar matrimonio que forman Fernando y Cati conducen con mimo una especie de ?tasca? sin concesiones al lujo, Casa Tana (T 973 644 294) ?manteles y servilletas de papel? que esconde una gastronomía sencilla y hogareña para una clientela fiel. Ofrecen quizá la mejor olla aranesa de la zona y sus ?huevos fritos con foie? merecen ser comidos de rodillas. También bordan el civet de ciervo.
¿Está rodeado de niños? Pruebe en el italiano Mas Pasta (T 973 641 619); El Pollo Loco (T 609 35 4543) o el infalible Mozart (T 973 641 485), donde uno descubre lo complicado que es comer una fondee de carne cuando hay mucha gente en la mesa. O dese un homenaje de pinchos en el Urtau. Es difícil que haya visto una barra de bar con tanta oferta.
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