La actriz madrileña Emma Suárez vivió una época dorada por su trabajo cinematográfico en los años noventa. Su camino de éxito empezó con Julio Medem, con quien protagonizó Vacas y La ardilla roja; posteriormente logró un Goya con la película de Pilar Miró El perro del hortelano. Una intérprete de gran atractivo que una década después fue disminuyendo su actividad en la pantalla grande. A sus 44 años, esta madrileña ha encontrado algún título de prestigio en la pantalla grande, como Bajo las estrellas, pero se queja de la crisis del sector y reconoce que la madurez, que trae mayor experiencia, supone cierta barrera para encontrar buenos guiones.Ahora ha vuelto a la televisión, doce años después de Querido maestro, como protagonista de la serie policíaca de Antena 3 Cazadores de hombres, cuyo rodaje se ha iniciado en pleno verano, en la que compartirá cartel con Alejo Sauras.¿Qué le ha impulsado a volver a la televisión?El personaje y el proyecto, no por el hecho de hacer televisión. Yo trabajo en función de si me convence el proyecto, bien sea en teatro, en cine o en televisión. La televisión es un trabajo muy duro en el que estás todos los días al pie del cañón, con muchísimo calor, desarrollando un personaje de gran intensidad. Requiere una entrega casi absoluta porque trabajas once horas, luego llegas a tu casa y tienes que estudiar quince escenas. Eso sólo lo puedes hacer si estás motivada por el proyecto.¿Cómo es este papel de Ana Leal?Es una policía que se enfrenta al drama de ver cómo han asesinado a su hija y a sus padres y que se empeña en perseguir y capturar al asesino, a la vez que investiga otros casos. Pero el hilo conductor es esa búsqueda del personaje de los asesinos de su familia. Es una mujer justiciera a la que han roto; se ha quedado absolutamente sola y lo que le queda en la vida es encontrar al asesino de los suyos. Estamos haciendo un trabajo que se asemeja mucho al cine. Rodamos con dos cámaras y con muchísimos exteriores.Algunos cineastas dicen que lo mejor del audiovisual está en la televisión, donde se han concretado muy buenos guionistas. ¿Está de acuerdo?El cine, obviamente, está en un momento difícil y en el equipo de esta serie hay mucha gente que viene del sector. Yo me siento muy protegida porque me reencontrado con técnicos que conocía del cine, gente que ha hecho películas como Belle epoque. Pero los guiones de las series no son cerrados, por el contrario que en el cine. Por otro lado, la televisión es muy arriesgada porque vas a entrar en la casa de la gente intentando convencer.En su día, usted dejó una serie de éxito, Querido maestro, a lado de Imanol Arias ¿Por qué tomó esa decisión?Soy una persona muy inconstante; a mí me cuesta muchísimo mantener el ritmo de trabajo durante tanto tiempo. Yo admiro a la gente que se mantiene en series durante años.¿Cómo ha visto cambiar la televisión desde entonces?Yo veo poca televisión porque no tengo tiempo. Es más, dudo que vea los capítulos de esta nueva serie porque me interesa más el proceso del trabajo que el resultado, que a quien ha de interesar es al espectador. Soy poco espectadora de la televisión y, últimamente, apenas veo cine.