Desgaste en la convivencia, enfrentamiento por el reparto de tareas, peleas por los niños… Muchos factores pueden dinamitar una relación. Psicólogos y terapeutas nos explican cómo evitarlos.Por falta de comunicación: No te entiende, no te escucha y os estáis distanciando. Vuestras charlas suelen ser prácticas y rutinarias: se habla de la casa, de los hijos? ¿Conocéis vuestros verdaderos problemas y sentimientos? ¿Cuánto tiempo hace que no habláis con el corazón en la mano?La habilidad más valorada en la comunicación es saber escuchar. Miren Larrazábal, psicóloga especializada en terapia de pareja y sexualidad, cree que "hay que practicar la escucha activa y la empatía, e intentar ponerte en el lugar de tu pareja para entender sus emociones". En esos casos es útil un ejercicio de observación que consiste en decirle al otro lo que nos gusta, porque nos anclamos en lo que nos desagrada. Para los especialistas es tan grave el exceso como la falta de comunicación. "La sinceridad sin delicadeza es brutalidad ?dice Larrazábal?. Cuanto más nos importan las personas, más importantes son las habilidades de comunicación. Hay que aprender a expresar las emociones de enfado para que no salgan como una bomba, sino en el momento adecuado y por los motivos justos".Por falta de deseo: Estás cansada y nunca te apetece. Por la noche, la combinación de televisión, "mantita" y sofá triunfan sobre el deseo. Hacer el amor es lo lo último de la lista, siempre aplazáis el momento y cuando llega resulta decepcionante, una rutina que deja mal sabor de boca.Para la psicóloga Roberta Giommi, "si los hijos, el trabajo y la vida cotidiana sirven de excusa para no hacer el amor, busca huecos o invéntatelos". Una posibilidad es dejar a los niños con un familiar y tomaros un fin de semana juntos o escaparos una tarde. "Permitiros practicar el sexo como un juego, sin distracciones", aconseja. "Solemos pensar que el deseo va a llegar de repente, pero a veces hay que trabajárselo", señala Miren Larrazábal. Si no hay aversión, lo fundamental es no abandonar las relaciones sexuales, darle un espacio a la intimidad. Además, esta psicóloga destaca la importancia de evitar que el sexo se convierta en una carrera hacia el orgasmo. "La finalidad del sexo es dar y recibir placer, sin un plan preconcebido ni exigencias. Además, es muy importante no culpar al otro por lo que ocurre, sobre todo porque la crisis puede ser una oportunidad para redescubrir cómo funciona el placer ahora.Por los hijos: Tú eres la madre severa que pone los límites. Él, que suele estar ausente, se muestra permisivo y prefiere que los niños hagan lo que les de la gana para no discutir. Sabotea tus normas. ¿O es al revés? Lo cierto es que estar en desacuerdo os hace daño: siempre estáis enfadados, discutís y el mal humor trasciende a vuestra relación."Los hijos son una fuente de satisfacciones, pero también de conflictos ?explica Miren Larrazábal?. Lo más importante es llegar a acuerdos y no desautorizarse delante de ellos porque eso está dañando aspectos fundamentales de la relación". En su opinión, hay que trabajar con complicidad, juntos, como un equipo, "ateniéndose a una especie de manual propio (y negociado) sobre cómo actuar en los momentos de crisis". Además, la psicóloga recuerda a los padres que, aunque tengan hijos, también son una pareja y no deben descuidar su intimidad.Por falta de romanticismo: Echas de menos las flores del noviazgo, los paseos de la mano y las cartas de amor. Tienes la sensación de que te has convertido casi en su hermana… ¡o incluso en su madre! Te faltan la emoción, los besos, los diminutivos? Y es que, a veces, los hombres olvidan que la pasión femenina se enciende con una buena cena a la luz de las velas.La falta de romanticismo es un reproche típico de las mujeres hacia sus parejas, pero el psicólogo Gabriel Baroni considera más efectivo ofrecer lo que se quiere recibir, que caer en la queja. "Si quieres que te demuestre su cariño, puedes recibirle en la puerta con un abrazo". Baroni anima a cultivar gestos románticos, "aunque sean premeditados". Según Antonio Bolinches, una de las cosas que facilita la regeneración del sentimiento amoroso es "el recuerdo de los buenos momentos y la suma de los refuerzos positivos que ambos son capaces de procurarse, incluso cuando están en crisis". Sin embargo, Roberto Sanz cree que "muchas mujeres se quejan de que sus maridos no sean románticos, pero se olvidan de que nunca lo fueron. Les exigen algo que no les van a dar, y eso conduce a la frustración. Es mejor valorar al otro por lo que tiene y no por lo que le falta".