La dieta consiste en abstenerse de comer nada sólido y tomar sólo líquidos (agua mineral, café, té y mate sin azúcar) un día a la semana, desde la hora en que empieza el cambio de fase lunar y durante las 24 horas siguientes.
La luna nueva facilita los cambios de hábitos y los inicios de dietas. En esta fase lunar el cuerpo tiene una mejor disposición para asimilar y poder beneficiarse de los cambios positivos de la alimentación.
Efectos:
La dieta de la luna tiene grandes beneficios para la piel: el cutis recupera un aspecto claro y luminoso y mejoran los problemas de acné, manchas o sequedad.
Antes de plantearte seguir esta dieta deberás consultar con tu médico. En general, los niños, las mujeres embarazadas y las persona en tratamiento médico continuado deberán abstenerse de llevar a cabo este tipo de regímenes.