Si tienes intención de tomar el sol, pásate al aceite de oliva virgen como loción aftersun. Según un estudio japonés, reduce el riesgo de cáncer de piel y previene daños al ADN asociados al envejecimiento. Las bondades del aceite de oliva en la piel no son novedad. "Descubierto" por los antiguos egipcios, que sólo lo empleaban para masajes corporales y capilares, fueron los romanos y los árabes quienes extendieron su uso, al emplearlo en la cocina y fabricar jabones, emulsiones (batiendo aceite y agua) y pomadas (con aceite de oliva y cera de abeja) para mejorar el aspecto de la piel y prevenir problemas dermatológicos.Por fin, científicos del primer productor mundial de aceite de oliva se han decidido a verificar esas propiedades. Ahora, un estudio de la Universidad de Almería con aceite de Castillo de Tabernas, dirigido por el profesor José Luis Guil, concluye que este aceite atenúa el efecto pernicioso de los radicales libres y tiene otros efectos muy positivos para la piel, en parámetros como elasticidad, hidratación y tersura… En este caso, el estudio no se ha quedado en el papel. La empresa productora del aceite se puso en contacto con el centro de salud de un hotel almeriense (el Envía Wellness & Golf), dirigido por la dra. Pilar Gómez, y ambos colaboraron para crear un tratamiento de oleoterapia para la piel. Uno de los tratamientos consiste en un masaje relajante con el aceite de oliva citado y aceite esencial de azahar, que se aplica lentamente (para que la piel absorba los beneficios). El otro consiste en un peeling con una mezcla de aceite con sal marina natural que elimina las células muertas sin producir erosiones.Además, el aceite de oliva virgen ha tenido siempre múltiples aplicaciones como remedio casero. Por ejemplo, como mascarilla para la cara (batiéndolo con aguacate o bien con miel y yema de huevo, se deja 15 minutos y se aclara); también como suavizante para codos y rodillas; como alivio de la psoriasis; como mascarilla capilar (déjala 15 minutos y lávate normalmente); para evitar el moratón después de un golpe (se aplica cuanto antes con suavidad); para fortalecer las uñas (metiéndolas en un cuenco con aceite y zumo de limón); y como loción corporal (bate aceite con agua y se aplica en la piel).