La evolución de la mujer a lo largo de las últimas décadas ha sido un gran paso hacía la igualdad de sexos, no obstante la adquisición de mayor protagonismo en el ámbito laboral no resulta satisfactorio en todos los casos. Hay mujeres que perciben un mayor grado de estrés cuantas más responsabilidades tienen y quienes, al contrario, se hunden si no cumplen todas sus expectativas.Las antiguas aspiraciones femeninas, que podrían reducirse a ser una buena ama de casa o casarse "bien", han variado y en pleno siglo XXI el interés de la mujer se centra en llegar a lo más alto en todos los aspectos sin renunciar a nada. Tener unos estudios, un buen trabajo, formar una familia… y destacar, movidas por el deseo de independencia, ha creado un sentimiento de infelicidad por no poder cumplir completamente con las perspectivas.La soluciónLa edad y la ocupación son los factores más influyentes a la hora de determinar nuestro grado de felicidad, por eso la desconexión mediante tareas que nos reporten cierto placer parece la solución ideal para hacer frente a la tristeza.