El 30% de la población masculina occidental y el 21% de los hombres españoles tienen eyaculación precoz. Lo dice un estudio de la Fundación Puigvert de Barcelona, que concluye también que el 89% de estas disfunciones se producen antes o durante el primer minuto de la penetración, lo que provoca ansiedad en el paciente o en su pareja.Según cifras de la Fundación, las consultas médicas sobre este problema se han triplicado en los últimos cinco años. Los especialistas de la Puigvert, clínica especializada en urología, nefrología y andrología, atribuyen este aumento en las visitas a los especialistas a una exigencia cada vez mayor de las parejas y a un aumento de la educación sexual.Antoni Fernández, adjunto del servicio de andrología de la Fundación, explicaba que los hombres consultan cada vez más a los expertos porque van perdiendo el miedo. "A medida que aumenta la educación sexual, la gente pierde el miedo. Y el miedo es uno de los factores más patológicos de la conducta humana; el miedo, la vergüenza y el temor a no ser normal", dijo.Para Fernández, uno de los factores que más dificulta que los hombres acudan al médico o al psicólogo es el modelo de varón que impera en la sociedad. "No se vende el modelo de hombre vulnerable, sino que se vende el arquetipo que es sexualmente muy potente y viril", afirmó. Esto es lo que provoca, según Fernández, que un buen número de las personas que acuden al médico lo hagan sin tener ningún trastorno real, pero lo hacen con expectativas irreales de conseguir "coitos interminables".Los expertos de la Fundación Puigvert resaltaron que más de un 75% de los pacientes pueden resolver su problema de eyaculación precoz con tratamientos farmacológicos, combinados con terapias de tipo psicológico. Fernández afirmó que los que sólo reciben medicinas, su índice de recuperación está en el entorno del 60%, pero corren el riesgo de volverse dependientes de estas sustancias, y de recaer al dejarlas.A pesar de que estas patologías tienen un enorme componente psicológico, Antoni Fernández señaló que también hay factores familiares y hereditarios. "Entre los eyaculadores precoces prematuros hay un grupo denominado técnicamente como primarios, en los que esta patología siempre ha existido, ya que también la padece algún pariente de primer grado como el padre, hermano o hijo", concluyó. Este origen genético o biológico de la eyaculación precoz estaría relacionado con los neurotransmisores y los neurorreceptores serotinérgicos, según Fernández, que reclamó hablar de eyaculación prematura y no precoz, porque tiene una "connotación menos agresiva".