Comparadas con los hombres, tenemos el doble de riesgo de sufrir una depresión. Los cambios hormonales, la herencia genética y, cómo no, una mayor carga social se esconden detrás de este trastorno.Tanto la ansiedad como la depresión tienen mayor incidencia en el género femenino. En general, las mujeres tienen más tendencia a sufrir algún episodio depresivo a lo largo de sus vidas, algo que se hace patente a partir de los cambios hormonales de la adolescencia y se prolonga a lo largo de toda la vida: embarazo, postparto, menopausia e, incluso, cada ciclo menstrual.Además, la depresión en las mujeres suele aparecer antes, durar más, tener más riesgo de recaídas, estar relacionada en mayor medida con alguna experiencia estresante y más sujeta a los cambios estacionales.Las mujeres, por lo general, duplican a los varones en el porcentaje de personas afectadas por los trastornos de ansiedad. Tan sólo en la fobia social y el trastorno obsesivo-compulsivo se rompe esta tendencia.Estas diferencias entre los sexos sólo se manifiestan en adultos y, por lo tanto, no surgen hasta la adolescencia, ya que es en este momento cuando comienza el desarrollo hormonal de la mujer.De acuerdo con diversas investigaciones realizadas, se observa que ya desde la gestación se va estableciendo la diferencia biológica entre los sexos, diferencia que se encuentra marcada por la influencia que ejercen las hormonas en el cerebro.Las investigaciones muestran que las hormonas, en particular los estrógenos, están fuertemente implicados en la regulación del estado de ánimo de la mujer, sus comportamientos y sus cogniciones.