El ego de las personas soberbias es como el de los narcisos: todo gira alrededor de ellas, todo lo saben. Se quieren demasiado, incluso más de lo que cualquiera les podría llegar a querer. El soberbio resulta bastante incómodo para los demás porque no escucha. Se cree el ombligo del mundo. Las personas que exhiben esta personalidad utilizan la prepotencia y el desprecio con los demás como una muralla contra sus carencias.Las personas que tienen soberbia suelen tener estas características:Egocéntrico: tiene un sentimiento exagerado sobre su importancia. Sólo se preocupa de sí mismo y de sus intereses. No escucha, le da igual los problemas que pueda tener el que está a su lado.Manipulador: cree que los demás están para satisfacer su necesidad de ser admirado y puede llegar a manipularles para conseguir sus principales objetivos.Intolerante: no soporta las críticas, por lo que se desconoce cómo va a actuar. Puede incluso llegar a ser agresivo. Las críticas y las opiniones en su contra le provocan angustia.Negador: no reconoce sus fallos, defectos y niega los conflictos. Exagera sus virtudes y atribuye los fracasos de los demás