Los radiadores son un elemento indispensable en todo hogar para combatir el frío del invierno. Pese a su gran funcionalidad, por normal general, estos aparatos no resultan muy estéticos, y pueden romper el estilo decorativo de una estancia.Para evitarte dolores de cabeza, te aportamos una par de sencillas ideas. Si las pones en práctica, no sólo conseguirás camuflarlos sino que también les sacarás el máximo partido, integrándolos al estilo de cada habitación de tu vivienda.Uno de los ejemplos más claros, lo puedes encontrar en el comedor. La opción consiste en pintar el radiador. Si usas la misma tonalidad de la pared, lo integrarás visualmente al ambiente. Ten en cuenta que debes emplear una pintura especial anticalórica que resiste temperaturas elevadas.El conjunto quedará reforzado, si instalas una balda de madera a medida, y en idéntico color que el resto de los muebles del propio comedor. Éste resulta un recurso muy funcional, si careces de espacio para ubicar un aparador, por ejemplo.Los cubre-radiadores también se presentan como una formidable alternativa para que el propio radiador quede escondido, y no reste vistosidad a la atmósfera del habitáculo. En el mercado te puedes encontrar con diversos estilos y diferentes acabados. Una buena elección, te servirá para imprimir un toque personalizado al ambiente. Y a buen seguro que la estancia te parecerá otra cuando el radiador estaba a la vista.