Otros alimentos que componen el menú son pescados, aves, carnes, verduras, frutas, frutos secos y productos integrales. Todos ellos coconados sin grasas. El té y el café son las únicas bebidas autorizadas, y quedan excluidos los productos lácteos.
Menú tipo: para desayunar café o té, pan integral con margarina light, queso fresco, y dos huevos pasados por agua; en la comida pollo con arroz integral o truha a la plancha con patatas, y para cenar 2 huevos a la plancha y ensalada de gangrejo.
La pérdida de peso en la primera semana oscila entre 2.5 y 4 kilos, mientras que en la segunda, en la que ya han disminuido las reservas de glucógeno ( azúcar ) y agua, por cada gramo de azúcar que el cuerpo retira de sus depósitos hay 4 de agua, sólo se pierde entre medio kilo y uno.
Opinion de los especialistas: Al aportar tan pocas calorias- 1200 díarias, es el mínimo que exige un índice metabólico razonable-, el riesgo para la salud es grande, ya que la grasa se quema muy rápido y pueden producirse cuadros de acidosis y cetosis. La exclusión de lácteos supone deficiencias de calcio y, en consecuencia, osteoporosis e hipertensión.
Según otros especialistas, el contenido proteico de esta dieta es superior al doble de lo recomendado, lo que puede suponer, además de una sobrecarga renal, una ingesta insuficiente de otros nutrientes esenciales.
Si se tiene en cuenta que la yema de huevo contiene alrededor de 250 mg de colesterol, el elevado consumo de huevos, puede ser prejudicial.
CONSEJO: Antes de plantearte seguir esta dieta deberás consultar con tu médico. En general, los niños, las mujeres embarazadas y las persona en tratamiento médico continuado deberán abstenerse de llevar a cabo este tipo de regímenes.