Siguen aireándose nuevas cifras de la pasarela Gaudí. Según ha podido saber este diario, algunos diseñadores fichados por la muestra barcelonesa llegaban a cobrar hasta 120.000 euros por desfilar.
La noticia se enmarca en un ambiente de gran crispación que ayer llegó a su punto más álgido cuando el padre de la criatura, el empresario Paco Flaqué, que lleva gestionando el salón desde los años 70, presentó su dimisión.
Entre los diseñadores mejor pagados se encuentran Victorio & Lucchino, Josep Font y Toni Miró, según fuentes del sector consultadas por este diario.
Los sueldos se rebajaban para otros creadores con menos trayectoria en la muestra, que recibían de la organización una minuta de entre 12.000 y 24.000 euros. «En esta última edición me aumentaron el doble la subvención porque no podía preparar dos colecciones con tan poco presupuesto», explicaba a este diario una de las habituales de la Pasarela Gaudí. Otros diseñadores más incipientes incluso llegaban a pagar por desfilar, en este caso las cifras eran inferiores a los 10.000 euros.
Cuando la Generalitat desmanteló la Barcelona Fashion Week (BFW), los artistas consagrados por la muestra empezaron a mover pieza para «sobrevivir». Por el momento, y dado el cambiante escenario -la Generalitat prepara una pasarela para artistas emergentes, los diseñadores del ex Gaudí perfilan otra propia y la Fira está ultimando su proyecto, que podría enmarcarse en el del Govern-, no hay traslados confirmados.
Lo que se da por seguro, por ejemplo, es que los diseñadores sevillanos tienen en mente aumentar su proyección internacional, con proyecto propio; que Hannibal Laguna o Amaya Arzuaga podrían irse a Cibeles. Al parecer, la Pasarela madrileña ha tanteado a más de uno de los «ex gaudís» para que den el salto hacia Ifema.
«Me gustaría mantenerme aquí pero, tal y como está el panorama y teniendo en cuenta que las ayudas que reciben los diseñadores de Madrid son buenas -hablan de unos 50.000 euros-, no descarto dar el salto», indicaba a ABC una de las artistas más jóvenes del Gaudí. En medio de tan desconcertante escenario, Flaqué deserta y deja a la Generalitat en una situación delicada.
El empresario, que llevaba el salón desde los setenta, confirmó ayer su dimisión, a tan sólo un mes y medio de la celebración de la BFW, la última que él se había comprometido a liderar. Alegó causas personales y explicó que desembarca de la moda porque no quiere «eternizarse» en el cargo.
En un escueto comunicado, la Generalitat valoró la figura del empresario y su aportación a la moda barcelonesa y ratificó su proyecto de cambios. La gran pregunta que queda en el aire es: ¿quién dirigirá la muestra en la próxima edición de enero? La respuesta, por el momento, no la tiene ni el Govern. En «stand by» queda también si habrá recortes de presupuesto en esta pasarela de enero.
Paco Flaqué, padre de la Pasarela de Barcelona, tira la toalla y deja a la Generalitat sin organizador para la edición de enero, la última que el empresario catalán iba a liderar.