El titular del servicio de Hemodinámica en el Hospital de Especialidades del IMSS en Jalisco, señaló que la aterosclerosis, es decir, la aparición de placas de grasa al interior de las arterias, es con mucho, el principal detonante de la enfermedad obstructiva cardíaca que finalmente llevará a la persona a sufrir un infarto.
Indicó que cuando un infarto ocurre, se desarrolla un daño en mayor o menor grado en el corazón: “En ocasiones es mínimo y la persona ni cuenta se da que tiene una parte de su corazón infartada, sino hasta que se somete a algún estudio”.
Añadió que la cicatriz que deja el infarto, que es la muerte del tejido, es irrecuperable y si la zona afectada es muy extensa, el corazón en un mecanismo de compensación, busca la manera de mantener su función.
“Por ello tiende a agrandarse, pero esto es peor porque su contractilidad es débil y la circulación sanguínea es insuficiente”, de ahí que en muchos casos las personas deben permanecer en reposo absoluto, advirtió.
Agregó que si bien la aterosclerosis es el precursor principal de taponamiento de vasos sanguíneos, existen otras causas como los embolismos o trombosis, así como la arteritis o inflamación de las arterias, la cual ocurre sobre todo en mujeres jóvenes.
Añadió que otro detonante de obstrucción de vasos, es el uso de drogas, en especial cocaína la cual es un vaso espasmódico que cierra las arterias, facilitando el desarrollo de infartos.
Destacó que en el servicio a su cargo se atiende un promedio anual de tres mil pacientes con enfermedad obstructiva cardíaca (EOC), quienes ameritan la realización de un cateterismo.