Funcionarios de la salud lanzarán un plan ambicioso para combatir la tuberculosis infantil en el mundo aunque no saben exactamente cuántos casos hay.
Los expertos dicen que la tuberculosis en los menores de 15 años ha sido ignorada frecuentemente debido a que no existe un diagnóstico confiable y sus síntomas son similares a los de muchas otras enfermedades infantiles. Además, como los niños no contagian la enfermedad, no ha se lo ha considerado un problema importante para la salud pública.
“Creemos que en algunas regiones no se reportan los casos de TB en los niños”, advirtió el Dr. Steve Graham, uno de los autores del plan anunciado el martes por muchas entidades, entre ellas la Organización Mundial de la Salud, UNICEF y los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, de Estados Unidos.
El plan identifica diez prioridades, incluso, el tratamiento preventivo de niños si los familiares ya tienen la enfermedad, y la capacitación de trabajadores de la salud para detectarla en niños. Dice que: “Está a nuestro alcance impedir que los niños mueran de tuberculosis”.
La TB es una enfermedad bacterial tratable que suele contagiarse por medio de toses o estornudos, aunque los niños pequeños no tosen con intensidad suficiente como para propagar las bacterias. Es la segunda causa de muertes entre las enfermedades infecciosas después del sida.
El nuevo plan costará unos 120 millones de dólares anuales, aunque son inciertas las donaciones. Se proyecta un déficit de 21.000 millones de dólares para la lucha mundial contra el TB hasta el 2015.
Según el plan, la OMS calcula que la TB infecta a medio millón de niños por año y mata a unos 74.000. Pero no hay un desglose geográfico y las cifras se basan en el informe de la agencia del 2012, que consideró demasiado complicado y costoso como para medir el número real de casos.
Los críticos dijeron que la falta de cifras confiables era preocupante.
“Es una práctica inaceptable usar números sin credibilidad alguna”, comentó William Easterly, profesor de economía en la Universidad de Nueva York. Dijo que deberían extremarse esfuerzos para determinar la magnitud del problema antes de solicitar fondos. “Decir que van a tratar de reducir el número de casos que no pueden precisar es absurdo”.
Otros consideran que las autoridades deben apresurarse a corregir la negligencia en el pasado de los niños tuberculosos. Por ejemplo, el informe dijo que los niños debían ser incluidos en pruebas de nuevos diagnósticos y fármacos para el 2020.
“¿Por qué deberíamos esperar otros siete años para incluir niños?”, preguntó Ruth McNerney, experta en TB en la Escuela de Londres de Higiene y Medicina Tropical.
Agregó que ya era hora de que la comunidad médica se fijara en los niños.
“Durante mucho tiempo, las autoridades de salud pública no estaban interesadas en tratar a los niños porque no se les considera infecciosos, y pensaron que podían solucionar la TB concentrándose en las personas infecciosas”, afirmó McNerney. “Pero claramente eso no ha dado ningún resultado”.