El titular de la División Quirúrgica en el Hospital de Especialidades del IMSS en México, Héctor Solano Moreno, indicó que, por cuestiones anatómicas, la mujer tiene más riesgo de sufrir cistitis.
Expresó que dolor en la zona pélvica, pero sobre todo incremento en las ganas y necesidad de orinar son los datos más sugestivos de lo que la mayoría de la gente identifica como mal de orín.
Añadió que en términos médicos es una cistitis o inflamación de la vejiga, derivada de manera principal de procesos infecciosos agudos.
Detalló que en las mujeres, la uretra, que es el conducto conectado a la vejiga, por el cual la orina se elimina hacia el exterior, es muy corto, mide entre dos y cuatro centímetros, mientras que en el varón alcanza 22 centímetros, de ahí que el paso de bacterias del recto, cuando no hay una adecuada higiene, pasen fácilmente al conducto uretral y conduzcan a una cistitis.
Comentó que otros factores que facilitan el desarrollo de cistitis incluyen las relaciones sexuales: De hecho hay una forma de cistitis conocida como de luna de miel.
Agregó que la menopausia, por la sequedad de mucosas secundaria a la falta de producción de estrógenos, y el tabaquismo, por sus efectos vasoconstrictores que inhiben una adecuada irrigación sanguínea.
Destacó que la pobre ingesta de líquidos y el aguantar las ganas de orinar pueden conducir al desarrollo de cistitis: Además del incremento en la frecuencia de las micciones, otro dato muy representativo de la afección es el ardor al orinar y la sensación de un vaciado incompleto, sienten que no eliminan toda la orina.
Afirmó que las bacterias coliformes, de manera principal la Escherichia coli, presente en heces fecales, son los microorganismos que al colonizar e ingresar a la uretra, provocan la infección que en casos extremos puede incapacitar a la persona para hacer sus actividades cotidianas, incluso las laborales.
Señaló que dolor, ardor y frecuencia por orinar llegan a extremos tales que la persona se incapacita y llega inclusive a requerir atención de urgencia, la cual, en la mayoría de los casos es de tipo farmacológico e incluye recomendaciones en cuanto a una mejor higiene genital.
Dijo que los casos de cistitis más severos, llamados intersticiales, afectan estructuras internas de la vejiga, forman una especie de pozos microscópicos que causan deformación y mal funcionamiento de este órgano.
Da manifestaciones similares a los de una cistitis aguda, de ahí que el diagnóstico además de los síntomas, incluya estudios como biometría hemática, examen general de orina y cultivo urinario, señaló.
Destacó que el mayor número de cistitis corresponden al tipo agudo, y pueden aparecer inclusive desde la infancia, es en el rango de 15 a 40 años, en especial en mujeres, cuando tienen su principal incidencia.
Una buena higiene genital, no aguantar las ganas de orinar y tomar un promedio diario de dos litros de agua, aminoran el riesgo a presentar cistitis, que no tratada al margen de soportar síntomas muy molestos, puede avanzar por la uretra y llegar hasta los riñones, y hacen mucho más complejo el tratamiento, apuntó.