El investigador universitario Ibrahim Guillermo Castro Torres comprobó en un estudio con ratones que el extracto de la llamada hierba del sapo reduce de manera significativa el nivel de colesterol en la sangre.
La planta también es utilizada para disminuir los triglicéridos. Fue sometida a estudios experimentales en el Instituto de Química (IQ) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) para comprobar sus propiedades.
Entre sus investigaciones para titularse como doctor en Ciencias Biomédicas Castro Torres constató la eficacia del extracto hidro-alcohólico, proveniente de la popular hierba.
El especialista presentó su trabajo en el seminario interno del IQ, llevado a cabo como homenaje a los 60 años de trayectoria académica del investigador emérito Alfonso Romo de Vivar Romo, precursor en el estudio químico de productos naturales en la nación.
La hipercolesterolemia es un problema de salud pública que afecta a 147 millones de personas en el planeta, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Los territorios más afectados son Alemania, Inglaterra, Estados Unidos, Japón, Jordania, México y Tailandia.
Es una alteración metabólica y se caracteriza por el incremento en los niveles de colesterol en la sangre. Se considera así al momento que los valores del lípido sobrepasan los 200 miligramos sobre decilitro. Lamentablemente es el factor de riesgo número uno para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares causadas por ateroesclerosis, explicó Castro Torres en un comunicado.
Sin embargo el tratamiento actual para reducir los niveles de colesterol en la sangre es limitado y se basa en el uso de estatinas, el principio activo más generalizado en los fármacos comerciales.
Con la asesoría de Mariano Martínez Vázquez, su tutor e investigador del Departamento de Productos Naturales del IQ, Castro Torres realizó un proceso que incluyó la recolección, preparación del extracto y pruebas en ratones con altos niveles de colesterol.
Con ayuda del Instituto de Biología de la UNAM se recolectó la planta en Atlixco, Puebla, y se clasificó taxonómicamente. Luego se llevó al laboratorio donde se sometió a maceración y análisis toxicológicos, espectroscópicos y cromatográficos.
Empleamos cinco grupos experimentales de ratones (cada uno de seis); el control fue de animales sanos con dieta normal y agua y los otros cinco se alimentaron con una dieta rica en colesterol, aunque a uno de ellos no se le dio tratamiento con la planta, explicó.
De los tres grupos enfermos uno fue tratado con una estatina (base del fármaco actual en el mercado) y dos con el extracto de hierba de sapo, a dosis de 100 y 500 mg/kg.
El investigador subrayó que los resultados revelaron que la hierba del sapo es más eficiente que la dosis de 100 miligramos y su administración no daña los tejidos hepáticos.