Los efectos que la automedicación y el fenómeno conocido como polifarmacia, puedan tener en los riñones, preocupa a funcionarios y especialistas de la salud, pues aún se carece de reportes sobre los riesgos adversos de varios tratamientos.
Durante la reunión Académica por la Salud Renal, organizada por la Asociación Ale, especialistas y autoridades del sector también exigieron modelos de atención integral para los pacientes con problemas renales, padecimiento que se ha incrementado en el país.
El doctor Ricardo Correa Rotter, jefe del departamento de Nefrología y Metabolismo Mineral del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán explicó que la polifarmacia ingesta de varios medicamentos distintos- es más común en los adultos mayores.
Agregó que dichos pacientes necesitan vigilancia particular además de que es necesario un buen entrenamiento de los médicos para prever los potenciales efectos cruzados de los medicamentos, pero lo ideal es que la polifarmacia se evite o se minimice.
La polifarmacia es más frecuente en adulto mayor que en los jóvenes y es una consecuencia natural de la convergencia de diversas enfermedades que requieren tratamientos y varios fármacos dijo y puso como ejemplo a las personas que además de hipertensión y diabetes tienen alto el colesterol o los ácidos grasos.
Correa Rotter aseguró que la automedicación influye negativamente en el fenómeno conocido como polifarmacia
Aseguró que el uso de múltiples medicamentos, en algunos casos puede llegar a dañar los riñones, aunque aclaró que la causa fundamental de la enfermedad renal son la diabetes y la hipertensión.
El no tener un conocimiento profundo de todas las interacciones de fármacos, sí constituye un riesgo sanitario que puede estar ligado a procesos formativos de los médicos, aunque sería injusto generalizarlo a todos los médicos, dijo.
En el evento que se llevó a cabo en la Academia Nacional de Medicina, la comisionada de Evidencia y Manejo de Riesgos de la Cofepris, Rocío Alatorre, reconoció que hay médicos que no respetan la norma que los obliga a reportar cualquier reacción adversa que presente el paciente a un medicamento.
Destacó que no existe esa cultura de farmacovigilancia por parte de los profesionales de la salud, situación que representa un reto.
La funcionaria, resaltó que la mayoría de los grupos de medicamentos, se asocian con algún mecanismo fisiopatológico, donde interviene la salud del riñón, pues de las 852 reacciones adversas que se tiene reportadas, el 44 por ciento se asocia a desórdenes renales.