La epilepsia es una enfermedad prevenible, de cuidado, pero con posibilidad de erradicarse y controlable en muchos casos, aseguró el coordinador de la Clínica de Epilepsia del Hospital Universitario, Marco Antonio Díaz Torres.
El neurólogo del nosocomio, perteneciente a la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), resaltó que se debe fomentar el conocimiento de este trastorno, sus alcances, síntomas y la forma de prevenirla, para dejar a un lado la desinformación y los prejuicios que se tienen sobre ella.
Actualmente sigue habiendo un malentendido en cuanto a la enfermedad, pues en nuestro país aún se piensa que este padecimiento es una cuestión de estrés, de ansiedad, e incluso se llega al extremo de considerarlo como un castigo de Dios y como una alteración que se padecerá toda la vida, dijo el experto.
En el marco del Día Mundial de la Epilepsia, conocido como Purple Day, el pasado 26 de marzo, el especialista dijo que el padecimiento se manifiesta por diversas causas como herencia familiar y lesiones cerebrales, aunque existen cuadros especiales, donde no es posible ubicar el factor principal.
Mencionó que a diferencia de lo que se sabe en la sociedad, la epilepsia es tratada en el plano médico como una enfermedad sencilla, de cuidado, pero con posibilidad de eliminarse.
Es controlable en muchos de los casos, aunque sí hay situaciones graves que requieren de un tratamiento de por vida o que exigen alternativas para el control de las crisis, como por ejemplo una cirugía, agregó.
Afirmó que en el Hospital Universitario atienden al mes unos 150 casos de este mal, de los cuales, un 80 por ciento de los pacientes son tratables con medicamentos que están al alcance de la población.
Hay que hacer hincapié en que este padecimiento no exige un tratamiento complicado o que el paciente va a tener que lidiar con él toda su vida o que incluso, como suele creerse, no va a poder trabajar o estudiar, o llevar una vida normal, abundó.
Reconoció que en los casos cuando aparecen las convulsiones, es frecuente el rechazo de la misma, lo que afecta a la persona de manera personal y en los ámbitos laborales, por lo que en ese hospital se trabaja contra ese rechazo a la exteriorización de la epilepsia y demás tabúes que la rodean.
Verificar la presión arterial, los índices de diabetes y la sana alimentación en los niños, así como evitar enfermedades que afectan al cerebro, como la cisticercosis, son sólo algunas de las medidas que deben tenerse en cuenta para evitar ataques epilépticos, detalló.
El especialista reiteró la importancia de familiarizar a la población con esta afección, ya que la desinformación puede llegar a ser el peor enemigo de cualquier enfermedad.