Una sencilla técnica parece ser muy efectiva para descartar ataques cardíacos en personas que llegan a las salas de atención de emergencias con dolor de pecho, un enorme problema de salud pública y una gran preocupación para los pacientes.
Un estudio extenso realizado en Suecia encontró que el examen de sangre más el acostumbrado electrocardiograma tuvieron una precisión de 99% para mostrar qué pacientes podían ser enviados a casa de manera segura en lugar de ser internados para observación y más estudios diagnósticos.
De casi 9.000 pacientes que fueron señalados como de bajo riesgo tras realizarles el examen de sangre y cuyo electrocardiograma resultó normal, solo 15 sufrieron un ataque cardíaco en el mes posterior, y ninguno falleció.
“Creemos que con esta estrategia pueden ser evitadas de 20 a 25% de las admisiones a hospitales por dolor de pecho”, dijo la doctora Nadia Bandstein, del Hospital de la Universidad de Karolinska en Estocolmo.
Ella ayudó a encabezar el estudio, el cual fue publicado por la Journal of the American College of Cardiology (Revista del Colegio Estadounidense de Cardiología) y presentado el domingo en la conferencia anual del colegio en Washington.
El dolor de pecho envía más de 15 millones de personas a las salas de emergencias en Estados Unidos y Europa cada año, y normalmente resulta que se trata de ansiedad, indigestión u otras cosas menos graves que un ataque cardíaco. No obstante, los médicos no quieren perder un solo paciente; aproximadamente 2% de los pacientes que tienen ataque cardiaco son enviados a su casa por error.
La gente puede sentirse más reconfortada si es admitida en hospitalización para que los médicos puedan vigilarlos, pero esto incrementa el riesgo de adquirir una infección, además de que recibirían atención médica de la cual tendrían que pagar una parte, y someterse a exámenes innecesarios.
El estudio, que duro dos años, incluyó casi 15.000 personas que acudieron al hospital de la Universidad Karolinska con dolor de pecho. Aproximadamente 8.900 tuvieron puntaje bajo en un examen de sangre más rápido y más sensible para la detección de troponina, una sustancia que indica daño cardíaco. La técnica ha estado disponible en Europa, Asia y Canadá durante aproximadamente tres años, pero aún no en Estados Unidos.
En promedio, los pacientes tenían 47 años de edad y 4% habían tenido un ataque cardíaco previo. Alrededor de 21% de ellos terminaron siendo hospitalizados.
Investigadores analizaron retrospectivamente los casos para ver de qué manera la prueba de sangre y el electrocardiograma hubieran pronosticado cómo les iría en el siguiente mes.
Dedujeron que para poder encontrar un ataque cardíaco en pacientes así, tendrían que ser hospitalizados 594 pacientes, un enorme desperdicio de recursos.