La Organización Mundial de la Salud (OMS) dio una serie de recomendaciones para hacer más eficaz la detección y el tratamiento de la hepatitis C.
La hepatitis C es una infección crónica y se estima que afecta a unos 150 millones de personas y puede provocar la muerte de medio millón de personas al año.
El director del Programa de Hepatitis en la OMS, Stefan Viktor, explicó que la infección de la enfermedad tipo C es un problema importante de salud a nivel mundial, que la epidemiología varía de un país a otro y que el tratamiento avanza de forma significativa, aunque es costoso.
En rueda de prensa, ofrecida en Ginebra, el experto afirmó que la hepatitis C puede ser tratada, se puede curar y se puede eliminar del organismo, ya que los tratamientos continúan mejorando cada día.
La nueva guía para el tratamiento de esa enfermedad contiene nueve recomendaciones, incluida la de incrementar las pruebas a personas más propensas a contraer esa infección y cómo decidir el tratamiento más adecuado según los casos.
También aporta propuestas para los gestores de salud y a quienes trabajan en ese sector respecto a las intervenciones que deberían realizarse para prevenir la transmisión de la hepatitis C, que causa una infección crónica que puede derivar en cirrosis y cáncer de hígado.
La OMS propone que, ya que el alcohol puede agravar el daño al hígado causado por este tipo de hepatitis, se otorgue asesoría para reducir el consumo de bebidas alcohólicas.
La forma más común de trasmisión del virus de la hepatitis C es por el contacto con sangre contaminada y el uso de jeringas infectadas.