Un antidepresivo común puede disminuir la producción de uno de los principales causantes del mal de Alzheimer, lo que significa un nuevo camino en la búsqueda de fármacos para evitar la devastadora enfermedad cerebral, indican los resultados de una investigación.
Es demasiado pronto para que alguien preocupado por la demencia empiece a tomar el medicamento genérico citalopram, que se vende bajo la marca Celexa y tiene efectos secundarios.
“No es la nueva gran esperanza, es un paso pequeño”, advirtió la doctora Yvette Sheline, de la Universidad de Pennsylvania, quien encabeza la investigación con el doctor John Cirrito, de la Universidad de Washington en San Luis.
La enfermedad de Alzheimer se caracteriza por la formación de placas en el cerebro de los pacientes entre 10 y 15 años antes de que aparezcan los primeros síntomas de pérdida de memoria. Los científicos han intentado tratamientos para atacar esas placas, formadas por la proteína beta-amiloide, que de alguna manera se descontrola y comienza a aglutinarse, pero hasta ahora no lo han logrado.
El estudio publicado este miércoles es un enfoque diferente que comienza a explorar si es posible desacelerar la formación de la placa alterando en el cuerpo la producción de amiloide.
Primero, los investigadores administraron citalopram a ratones viejos con daños cerebrales semejantes a Alzheimer. Las placas en el cerebro de los animales no desaparecieron, pero dejaron de crecer y se formaron menos nuevas en comparación con los ratones a los que se administró agua azucarada, reportó el equipo investigador en la revista Science Translational Medicine.
A continuación, los investigadores dieron una sola dosis de citalopram o un placebo a 23 adultos jóvenes saludables, personas que no estaban deprimidas ni suficientemente mayores para tener placas cerebrales. Exámenes del líquido cefalorraquídeo de voluntarios realizados un día y medio después mostraron que su producción normal de proteína amiloide disminuyó 37%, reportaron los investigadores.
Las investigaciones adicionales para determinar si eso se traduce en un efecto protector demorarán años. El citalopram y fármacos semejantes, llamados SSRI, alivian la depresión afectando el nivel del neurotransmisor serotonina. Sheline dijo que el citalopram probablemente modifica la producción de amiloide de una manera completamente diferente.
En realidad, la siguiente pregunta es si es incluso posible reducir la producción de amiloide por períodos prolongados o si el cuerpo simplemente se acostumbraría al fármaco y haría falta un ajuste. Sheline comenzó a incorporar a adultos sanos más viejos en un estudio para determinar si el citalopram aplicado durante dos semanas tiene el mismo efecto.
Más de cinco millones de estadounidenses padecen Alzheimer o demencia relacionada con el mal, cifras que se cree aumentarán a 16 millones para 2050 conforme envejezca la población. No existe cura y los medicamentos actuales solo alivian los síntomas temporalmente.
Los científicos aún no saben exactamente qué ocasiona la enfermedad de Alzheimer. La teoría principal que esas placas de proteína amiloide de alguna manera inician el proceso de la enfermedad, pero que se requiere otra proteína anormal, llamada tau, para que alguien se enferme.
Es crucial investigar manera de intervenir en los años previos a la aparición de los síntomas, dijo Heather Snyder, de la Asociación de Alzheimer, quien no participó en el estudio.
Ya sea que los antidepresivos resulten positivos o no, los investigadores están utilizando un método fascinante de análisis del líquido cefalorraquídeo que nos proporciona nueva información que abrirá la puerta a más descubrimientos sobre la enfermedad de Alzheimer.
El citalopram ha sido utilizado para tratar la depresión durante casi dos décadas, pero ciertamente tiene efectos secundarios y la Administración de Alimentos y Medicinas (FDA) ha advertido que en dosis grandes puede provocar una arritmia cardíaca peligrosa. No obstante, una investigación separada que fue publicada a inicios de este año sugirió que el citalopram podría además calmar la agitación que puede sufrir la gente con Alzheimer avanzado.