La especialista Liduvina González Herrera dijo que producto de la magia propia de la niñez, el amigo imaginario es una idealización que muchos pequeños, sobre todo en edad preescolar, tienen como reflejo de ellos mismos y de una sensación de falta de compañía o de algo que les molesta.
La psiquiatra adscrita al Hospital de Especialidades del IMSS en Jalisco comentó que aunque el niño puede encontrar en su amigo imaginario una compañía, existen casos en los cuales este le resulta incómodo.
Mencionó que en algunos casos es una manifestación de que el pequeño siente que hizo algo malo y por eso recibe reclamos y agresiones del personaje que él creó en su imaginación.
Expresó que los niños que tienen amigos imaginarios, por lo general son hijos únicos, y pueden tener también un coeficiente intelectual superior al resto de pequeños de su edad.
Es común que puedan tener coraje porque no les dieron un hermanito o porque no les dedican más tiempo y entonces tienden a proyectar su coraje en el otro, en el amigo que ellos crearon, afirmó.
Explicó que el amigo imaginario puede también aflorar en niños que son víctimas de alguna agresión al interior de su familia o bien en los que están deprimidos, son diversas formas de expresar sus sentimientos.
Manifestó que hay casos en que el amigo imaginario puede ser parte de un síntoma psicótico, que el pequeño efectivamente tiene alucinaciones.
Recomendó ayudar al niño a identificar la razón por la cual el amigo imaginario es agresivo y molesta al pequeño.
Los padres deben de apoyar al niño y decirle por ejemplo: ‘si tu amiguito te molesta vamos a correrlo’; eso funciona por lo general muy bien, comentó.
Subrayó que cuando el amigo imaginario intimida al niño que teme entrar a su propia habitación o salir de ella, es importante identificar la dinámica familiar.
Ya que si el pequeño vive o percibe una situación de agresividad no necesariamente dirigida a él, pero sí, por ejemplo, entre sus padres le incomoda y le impide inclusive socializar, estableció.
Destacó que la paidopsiquiatría, si bien se enfoca a la salud mental de los niños, también involucra a los padres, porque finalmente los pequeños son reflejo de ellos, de cómo son tratados al interior del núcleo familiar.
Aconsejó estar atentos a este tipo de manifestaciones y si no consiguen superarlas es fundamental que el menor reciba apoyo profesional.