La era de la Cancelación

¡La era de la Cancelación! Pobre de mí si no pienso igual que tú. Miserables los que difieren en pensamiento y acciones porque indudablemente quedarás CANCELADO.

En este tiempo en donde el odio, las acciones inequívocas y repetidas donde la constante es el rechazo, la opresión y la poca o mejor dicho nula empatía, la era de la cancelación es un sinvivir continúo, constante.

Sin tolerancia y prudencia no hay acuerdo ni armonía, pero lo que me sorprende es esa velocidad para descalificar e — incluso—insultar a aquella persona o entidad o institución que no se acerque, aunque sea mínimamente, a mis pensamientos, a mis valores —sin importar si son correctos o no—o a mis juicios.

Sociedad juzgona

Esta sociedad tan juzgona, donde como merolicos repetimos una y otra vez y sin empacho frases como:

«Qué puto se ve».

«Mírala, es una puta. Ya anda con otro».

«Igual de rata que la madre».

Y mil más.

Sin exagerar, usted, ¿cuántas descalificaciones lee, escucha o dice al día? Incontable. Y no es que esté “mal” estar inconforme, mucho menos opinar distinto. Porque volvemos al principio de la empatía: ¿Estar mal ante los ojos de quién?

Los prejuicios nos hacen caer en una y otra aseveración, sobre todo cuando se trata de alguien o algunos que —ilusamente—se atreven a experimentar algo diferente. En la era de la cancelación parece que está prohibido tener diferentes acepciones, no es válido contradecirse.

La era de la cancelación y los haters.
La era de la cancelación

En la era de la Cancelación

Sí es con respeto la opinión emitida y con argumentos pues ese juicio es probable que tenga un buen rumbo. Si solo vamos a cancelar a alguien porque sus acciones o premisas solamente son distintas a las propias, a las mías, pues quizá quien tenga que hacer un acto de mayor conciencia sea yo.

Podemos diferir, de hecho la sociedad en la que habitamos más de 8,000 millones de personas en la actualidad, pues es prácticamente imposible coincidir.

Vaya, ni en la reciente pandemia de la COVID fuimos capaces de coincidir, reflexionar y respetar. Y eso que murieron millones de personas en todo el orbe. ¿Crees que vamos a concidir por un gusto, una afición personal o particular? La respuesta es y siempre será: ¡No! Por supuesto que no.

Pero eso no implica que al que piensa opuesto a mí lo vaya a cancelar, a enjuiciar mucho menos a insultar.

Los haters en la era de la cancelación

Pues sí, recién escribí sobre los odiadores o también llamados “haters”, esas personas que sin pudor, sin temor y en completa libertad insultan, difaman, tergiversan. Además son “opinólogos”, con completa vehemencia opinan de una y otra persona y la juzgan.

Estos haters, gana dinero de estas replicas, lo cual podrá parecer increíble pero no lo es.

Entonces, en la era de la cancelación, donde el respeto, empatía y mucho menos sororidad son los valores más comunes y sólidos, pues resta, si usted gusta, pasar a la reflexión y preguntarnos:

«¿Aporta algo positivo mi comentario?». Si la respuesta es no, es probable que estemos en ese camino más afable de reconocernos inmensamente diferentes pero sobre todo con sentido común y no convertirnos en una persona que es protagonista en la era de la cancelación.

Porque sinceramente, en mi personal punto de vista que puede estar errado: ¡Qué pereza!

Es probable, muy probable, que con respeto podamos vivir más ligeros. Inténtelo.

«No necesitas ser amor, sólo respetar las inmensas diferencias con la otra o con el otro».

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