Las relaciones han despegado del ancla que suponía tener una relación seria que luego fuera encaminada al matrimonio para solventar la base de este sistema capitalista, ahora las relaciones más jóvenes optan por tener espacios en los que se sientan seguros y cómodos con amigos con derechos.
Y es que hay muchas ganancias secundarias en tener un amigo con el que se puede sólo compartir, sin tener que entrar en un juego de posesión y flirteo como se supone en una relación formal. Si quieres intentar tener una relación más abierta con una persona cercana y en la que hay un mutuo acuerdo, la siguiente lista es para ti.
Sean honestos. Siempre habla con la mayor seriedad posible, eso no significa que no tengan momentos divertidos, de eso se trata, que se la pasen bien, por ello es importante que sean sinceros con sus intenciones y con sus límites. Esto para que decidan cómo actuar con respecto al otro y ni uno salga herido o “quiera más”.
Sin celos. Tienes prohibido celar a tu amigo con derechos, pues sólo son eso: amigos. Los dos pueden relacionarse con otras personas, conocer a más gente, tener más citas y divertirse. Recuerda que nadie le pertenece a nadie, así que no te enojes o sientas mal si sabes que tiene otra relación igual que contigo con otra persona.
No peleas. No hay dramas ni pleitos, de ningún tipo. Se supone que ya dejaron todo claro y no debería haber molestias por ninguna parte.
No te enamores. Lo mejor será dejar los sentimientos muy lejos de esa relación. Si lo haces y no es recíproco saldrás lastimado. Desde el principio deben tener claro que los sentimientos no son parte del plan y quien se enamora pierde.
No te comportes como si tuvieran un noviazgo, no exijas fidelidad, no pasa nada si no te llama, no seas romántica, pon tus límites y siempre, siempre ten en cuenta que es algo efímero.