Los celos son emociones normales, lo que no es tanto, es que dominen la dinámica de tu vida y se vuelvan enfermizos provocando malestar entre tu pareja y tú.
Todos en algún momento hemos experimentado celos, pero, ¿qué pasa cuando se convierten en una rutina?
Imagina este escenario: Encuentras a tu pareja con tu mejor amiga/o, tomando un café. Tú no sabías de esta salida. ¿Cómo sería tu reacción?:
- ¿Te alejas del lugar hasta estar más calmada para hablar?,
- ¿Te acercas y reaccionas violentamente?
- ¿Te acercas para saludar o imponer tu presencia?
- Prefieres dejarlo así, al fin y al cabo, es buena pareja y cumple con sus obligaciones.
Aunque respuestas a este escenario hay muchas. Ponte a pensar que existe la posibilidad de que mantengas la perspectiva, relativizar la situación y regular las emociones o por el contrario dejarte llevar por pensamientos y emociones que congruentes o no te vencen e impiden ver la situación claramente.
Recuerda que los celos se producen cuando se percibe una amenaza a perder algo que es tuyo y que tanto quieres, como un niño pequeño que no presta sus juguetes, y que pueda cambiar la realidad rompiendo la zona de confort.
Cuando los celos aparecen y se instalan en la relación de pareja, pueden ser una tortura y si no se controlan las emociones, pueden llevar a profundos dramas, experimentar mucho malestar por parte de ambos y hasta provocar una ruptura definitiva.
Además debes de saber que es un mito muy arraigado cuando dicen que los celos son sinónimo de amor, porque en realidad demuestran un afán de controlar y poseer, lo que tiene un trasfondo de egoísmo.
Fuente: enpareja.com.
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