Relájate y descubre todos los beneficios del agua en tu casa o en un centro especializado. Con estas claves le sacarás el máximo partido.Los pequeños placeres suelen estar al alcance de la mano, aunque a veces no nos demos cuenta. Uno de ellos es llegar a casa, tras una agotadora jornada, y sumergirse en una bañera llena de espuma o dejar que el agua acaricie el cuerpo con una refrescante ducha.Baja la intensidad de la luz y enciende unas velas. En unos minutos habrás creado la mejor atmósfera para disfrutar de tu propio spa. Si, además, dispones de una bañera de hidromasaje o de una columna de ducha con múltiples chorros que puedes dirigir a tu antojo, el resultado será adictivo. Condimenta el bañoUna vez que la bañera esté llena, es hora de elegir las esencias que van a embriagar nuestros sentidos para conseguir el efecto deseado.- Si quieres la máxima relajación, añade cinco gotas de aceite esencial de lavanda o de ylang-ylang.- Si necesitas recargar las pilas, pon la misma cantidad de aceites esenciales cítricos como la bergamota o el limón. Incluso si ya te has cogido el primer catarro de la temporada y tienes las vías respiratorias congestionadas, añade unas gotas de eucalipto o de romero. Respira profundamente y al salir, notarás un gran alivio.- Pero si sueñas con sumergirte en las aguas azules de paraísos remotos, la cosmética tiene tu billete de ida. Vierte una pastilla efervescente y, en unos segundos, creerás que te bañas en las cristalinas aguas del Pacífico, al tiempo que tu piel se enriquece de sales minerales.- Si lo que te apetece es un sensual baño de espuma, pon un par de tapones de gel bajo el chorro del agua, mientras se llena la bañera. Después, apoya la cabeza sobre un cojín para proteger las cervicales y deja que tu mente se disperse. Regula la temperatura- Los beneficios del baño varían según la temperatura. El agua muy caliente, más de 40 grados centígrados, elimina las contracturas y las tensiones musculares localizadas. Además, te hará conciliar mejor el sueño.Pero el baño no puede durar más de cinco minutos, especialmente, si tienes la tensión baja. Y ten en cuenta que el agua muy caliente es un aliado perfecto para la flacidez.- La temperatura más adecuada para darse un largo baño, nunca superior a 15 minutos, tiene que ser similar a la corporal, es decir, entre 36 y 38 grados. Así conseguiremos relajarnos y sacarle el máximo partido a los cosméticos vertidos en el agua. Pero esta temperatura es elevada cuando aprieta el calor.- Si quieres refrescarte, sitúa el termostato a 30 grados centígrados. El agua templada elimina el cansancio y aligera la sensación de piernas cansadas. Sin embargo, los baños a 20 grados centígrados están reservados para las más valientes. Cinco minutos son suficientes para una estimulación total de los pies a la cabeza. MímateMientras estás sumergida en la bañera, envuelta en aromas relajantes, puedes aprovechar para prestarte esos cuidados que las prisas y el ritmo cotidiano te impiden hacer.- Ponte una mascarilla en el pelo que te lo nutra en profundidad y deje tu melena brillante. Puedes
aplicarte también una en la cara que elimine las tensiones y refleje el estado de relax en el que está sumido tu cuerpo y tu espíritu.- Hazte una exfoliación en todo el cuerpo ya que, aunque sólo necesita cinco minutos para dejar tu piel como la seda, jamás dispones de ese tiempo para hacerlo. Tras secarte suavemente con una toalla, date una hidratante o un aceite corporal.