Cuando te miras al espejo, te guste o no, la imagen que se refleja es la que te mereces. No es que quiera ser dura contigo, sino que es la realidad. Porque, al margen de la genética, el estado de tu cutis es el resultado de los cuidados recibidos y, también, de los maltratos a los que la has sometidoLas vacaciones son un periodo de máxima alerta porque los rayos del sol están al acecho para dejar su huella en las pieles desprotegidas. Y, una vez más, te recuerdo que son la principal causa de fotoenvejecimiento. Así que, si quieres regresar con un bonito bronceado, sin dejarte la piel en el intento, extrema la protección y no te olvides de los cuidados específicos.CuidadosSi eres cincuentañera, seguro que tu principal preocupación, e incluso obsesión, son las arrugas. Las líneas de expresión se hacen más profundas y se acentúan, especialmente en la frente, el entrecejo y las patas de gallo, mientras el surco nasogeniano se marca y se hace más evidente.El descenso en la producción de colágeno hace que se empiecen a detectar los primeros síntomas de flacidez, la pérdida de luminosidad es patente y las ojeras se hacen más pronunciadas. Ante este panorama, no hay que derrumbarse, sino todo lo contrario. Utiliza hidratantes antiedad, siempre con protección solar, y busca texturas más ricas que palíen la progresiva sequedad de la piel, provocada por los cambios hormonales.Convierte el sérum, con ingredientes reparadores y reafirmantes, en tu cosmético de cabecera. Aplícatelo mañana y noche, antes de tu crema de tratamiento. Mima el contorno de ojos y no olvides prestar los mismo cuidados que al rostro, a zonas tan vulnerables como el cuello y el escote. Una vez a la semana, regálate una mascarilla que hidrate y nutra tu piel en profundidad.Con el solRecurre a las nuevas fórmulas anti-edad con elevada protección, nunca por debajo del 30.Estos productos contienen principios activos que garantizan que, mientras disfrutas de los rayos solares, tu piel está recibiendo un tratamiento completo para relanzar sus funciones vitales.
La nutren en profundidad, protegen las fibras de colágeno, al tiempo que mejoran su elasticidad y su firmeza.
Además, combaten la producción desordenada de melanina, que es la que provoca la aparición de las indeseables manchas, especialmente en rostro, escote y manos.Si ya las tienes, evitarás que vayan a más. No dudes en elevar la protección en las zonas más frágiles, como el contorno de ojos o el escote, y en la manos aplícate el mismo factor que en el rostro. Después de la exposición solar, date una generosa capa de crema reparadora y nutritiva.MaquillajeNo puede faltar en tu neceser una base mate para evitar los brillos provocados por el sudor. Elige unas sombras de ojos con varios tonos, que te permitirán jugar a la hora de maquillarte y destaca los labios con un tono vivo.