A la fórmula no tan secreta de perder peso, comer menos y ejercitarse más, sumamos un tercero (no en discordia): dormir más. En primera instancia, dormir apropiadamente puede ayudarte a evitar ganar peso en exceso.
Según la Universidad de Pittsburgh en Estados Unidos, el mal sueño es un factor contribuyente a ganar peso. Menos sueño es igual a menos energía. Las personas que no duermen lo suficiente son más propensas a tener hambre porque el cuerpo necesita más energía para permanecer despierto.
La cosa es muy fácil, mientras más estés despierto, mayor es tu probabilidad de comerte un aperitivo o dos (o tres o cuatro). Comer sin hambre, he ahí el meollo del asunto.
Si no duermes bien en la noche, podrías causar desequilibrios hormonales que podrían hacerte sentir hambrienta cuando realmente no necesitas comer.
La clave para verte y sentirte mejor sí está en un sueño reparador:
- Lo dice la ciencia. Estudios demuestran que quienes duermen 8 horas cada noche tienden a hacer elecciones más nutritivas. La gente que no duerme bien suele ingerir en promedio 600 calorías más que quienes sí lo hacen. Saca cuentas.
- La bella durmiente. Mientras duermes quemas entre 50 y 100 calorías por hora. Dormir fortalece el metabolismo y reduce la resistencia a la insulina, que es causa de obesidad.
- Estudios han demostrado que la gente con problemas de sueño suele decir que se ejercita menos y prefiere actividades sedentarias como ver la televisión.
Más que comprobado, dormir sí te ayuda a perder peso. Quienes duermen más de 6 horas por la noche tienen niveles más bajos de ansiedad, depresión y estrés.
Según el investigador Charles Elder, las personas que gozan más de 8 horas diarias de sueño, tienen el doble de posibilidades de tener éxito con una dieta para adelgazar.
Ahora bien, el cambio es gradual así que ¡paciencia! No puedes dormir hasta hacerte delgada (no pasará), y dormir nunca tomará el lugar de una dieta saludable o ejercicio.