Aunque el contouring está siendo desplazado como tendencia de maquillaje por algunas nuevas modas como el strobing y el non-touring, seguirás escuchando acerca de él. Llegó el hair contouring.
El contouring no se crea ni se destruye solo se transforma. Va de tu rostro a tu cabello.
El hair contouring es perfecto si quieres aclarar un poco el tono de tu melena pero mantenerla natural y classy. La técnica se muda a tu cabello, son iluminaciones pequeñas y súper finas de distintas tonalidades que se “barren” de raíz a puntas, para así conseguir un degradado uniforme.
A diferencia de algunas otras tendencias, estas luces van mucho más marcadas alrededor de tu rostro, pues lo que pretenden es proporcionar toques de luz y diminutas sombras para afinar tus rasgos.
Se trata, pues, de una tendencia para el cabello que además cambia la apariencia del rostro. El resultado de hacer contouring desde tu cabello termina en babylights.
Una técnica muy parecida al balayage. Los dos son reflejos que se trabajan en el aire y empiezan por debajo de la raíz. Por eso no se ve el comienzo ni el final de la mecha. La gran diferencia entre ambos métodos es que el resultado de los babylights es mucho más sutil y delicado.
La clave está en escoger un tono que esté máximo dos niveles abajo que tu color natural. Y, por supuesto, el cuidado post-coloración. Intenta hacer tu retoque aproximadamente cada tres meses, y si puedes esperar un poco más, adelante.
El contouring de cabello usa colores para resaltar formas del rostro. Es un equilibrio entre iluminar y oscurecer, dependiendo de lo que quieras acentuar, dijo a Allure el estilista Nick Penna.
- Rostro redondo: Se ilumina alrededor de la línea del cabello, y se oscurece alrededor de las orejas y en las puntas.
- Rostro ovalado: Se acentúan la forma del rostro añadiendo colores que den profundidad.
- Rostro cuadrado: Se aplican colores claros y oscuros alrededor de la mandíbula.
- Rostro con forma de corazón: Se aplican luces alrededor de la mandíbula y colores más oscuros en la raíz.