Así es, tan fácil como abrir el refri, el jugo de limón es rico en flavonoides, aceites esenciales, minerales y vitamina C. Esta alta concentración en vitamina C es lo que podría explicar alguno de sus muchos beneficios. Y si la vida te da limones, pues úsalos.
- Blanquea las uñas. El limón es un disolvente de sustancias tóxicas. Mejora y fortalece el color de las uñas que en ocasiones se ve alterado por el uso excesivo de esmaltes de mala calidad o por el tabaco, en el mejor de los casos, deja el tabaco (también).
- Fortalece tus uñas. Los limones también te ayudarán a que tus uñas estén mucho más fuerte y con un mejor aspecto todo el tiempo.
- Un tono más claro. Los limones son un potente aclarador para el cabello, así no será necesario que utilices productos químicos que son dañinos y agresivos para tu melena.
- Bye bye al exceso de grasa (del cabello). El limón es un cítrico natural y, como tal, es rico en vitaminas de los grupos B, C y A. Estos hidroxiácidos nutren el cabello y limpian el exceso de grasa.
- Piel de envidia. Importante: Cuando te pongas zumo de limón en la cara, ponte protector solar al salir a la calle puesto que tu piel puede estar más sensible a los rayos del sol. De preferencia, úsalo de noche.
- El antiacné más barato (y efectivo). El ácido ascórbico es útil en el tratamiento del acné ya que reduce la oxidación del sebo, dificultando la formación de puntos negros. Además tiene cierto efecto antimicrobiano.
- Exfoliante. Es perfecto con sal y aceite de oliva. Actúa como peeling mecánico, provocando la exfoliación de las capas superficiales de la piel.
- Desodorante. En caso de emergencia (o cada tercer día), el efecto antioxidante de la vitamina C puede impedir el mal olor.