El frío, el viento, la jornada de esquí y las calefacciones son perjudiciales para la piel y mucho más aún para la de los labios, que es especialmente fina. Por ello es esencial hidratarlos y protegerlos de las inclemencias del tiempo.En invierno la piel merece una hidratación extra y no sólo basta con hidratarlos, hay que exfoliarlos y protegerlos de la radiación. El primer paso para tener unos labios cuidados es sencillo: hay que aplicar un bálsamo de labios que los hidrate y proteja del frío, el viento y la calefacción. Además, es importante que el producto tenga factor de protección solar para evitar los efectos dañinos de la radiación.Es conveniente dejar el bálsamo en un lugar accesible para poder recurrir a él cada vez que lo necesitemos y, acordarnos de aplicárnoslo antes de dormir para que no se nos agrieten los labiosCuando tengamos la piel levantada, debemos evitar mordisquear las pieles y, en su lugar, exfoliar su superficie con un cepillo de dientes suave, que no irrite ni empeore el estado de los labios.