Las pecas han sido consideradas un símbolo de dulzura, inocencia y belleza. Pero hasta hoy no se trataba de una elección sino del efecto secundario del sol en la piel. Las pecas son pequeñas manchas de color marrón causadas por los rayos UV; se trata de una acumulación anormal de pigmento en un punto de la dermis. Cuando la radiación toca de cerca durante un tiempo prolongado a las células, nuestro cuerpo produce estas manchas, acumulando sobre la piel el pigmento de melanina.
Hay quienes desarrollan pecas desde temprana edad, evidentemente la sobreexposición al sol solo empeora el color y tamaño de dichas manchas.
También interviene el factor hereditario. La presencia de estas características manchas puede deberse a una cuestión genética, además, son más comunes en individuos de piel clara, rubios o pelirrojos.
Como sea, se trata de cuestiones naturales. Las pecas aparecían en la piel y ya. Hoy las pecas son tatuadas pero, ¿por qué? Muchas mujeres consideran que el dolor de exponerse a la aguja en zonas sumamente sensibles del rostro es soportable con tal de lucir más jóvenes, dulces e inocentes.
Se trata de un procedimiento similar al microblading, la técnica que se utiliza para rellenar cejas. Para en esta se usan una aguja y pigmento, sí, como un tatuaje común y corriente. Por tal motivo, al principio lucen oscuras, casi negras, pero con el tiempo se irán deslavando para dar una apariencia mucho más natural. Se dice que dos semanas serán suficientes para lograr pecas que (según la moda) resalten tu belleza.
Las pecas tatuadas se están convirtiendo en una de las tendencias favoritas del 2017, pero ¿quién acepta tal nivel de dolor solo por ajustarse a un estándar de “perfección”? sí, las mujeres.
Los cuidados de la piel antes, durante y después del procedimiento son los mismos que los que deberías considerar con cualquier tatuaje, ¿estás dispuesta?