La presión arterial se mide con un instrumento llamado sphygnomanometero en milímetros de mercurio.
La hipertensión arterial es una enfermedad crónica caracterizada por un incremento continuo de las cifras de presión sanguínea en las arterias. La hipertensión o presión arterial alta se considera el asesino silencioso y es causado por la vida sedentaria del mundo moderno, las presiones mentales y físicas.
Algunos síntomas son: Respiración corta, dolor de cabeza, sudor, rubor natural, pulso rápido, mareo, alteraciones visuales, sonido de zumbido en los oídos y manchas en los ojos como objetos oscuros volantes.
La presión más alta que se alcanza durante cada latido del corazón recibe el nombre de presión sistólica; la más baja entre dos latidos se llama presión diastólica. La mayoría de los adultos jóvenes tienen presión aproximada de 120/80. Sin embargo, esta aumenta con la edad hasta llegar incluso a 160/90.
Para tratar la hipertensión existen algunos remedios caseros populares, aquí os dejamos algunos:
- Cocer un puñado de hojas de olivo en un litro de agua, colar y guardar en un recipiente. Beber uno o dos vasos al día.
- Lavar, sacar las semillas y las cáscaras de 15 uvas grandes. Extraer su jugo y mezclarlo con medio vaso de agua. Tomar como desayuno durante 10 días.
- Verter en una licuadora, previamente lavada y picada, 50 gramos de espinacas, el jugo de un limón, 1 cucharadita de miel y un vaso de agua. Batir por unos instantes. Tomar un vaso cada tercer día.
- Tomar tres veces al día un vaso de cocimiento de ajo.
- Colocar 10 gotas de aceite de lavanda en un pañuelo e inhalar sus vapores para controlar los casos hipertensión que atracan de forma inesperada.
- Masajear lentamente y en forma circular el pecho con 7 a 10 gotas de aceite esencial de lavanda y mejorana con 20 ml de aceite de jojoba.
Si una mujer está embarazada, se aconseja que se tome la presión arterial frecuentemente, ya que la hipertensión no tratada durante el embarazo puede representar una seria amenaza para la madre y el niño.