A través de miles de años, numerosas culturas han utilizado sales de Epsom, debido a las diversas propiedades beneficiosas, para tratamientos de desintoxicación corporal. La sal de Epsom tiene numerosos beneficios para la salud, así como muchos usos de la belleza. Se compone del compuesto químico sulfato de magnesio.
El magnesio, uno de los componentes de las células humanas, es requerido por el cuerpo para regular más de 325 enzimas y desempeña un papel importante en muchas funciones corporales. La deficiencia de magnesio también se ha asociado con problemas de salud como la presión arterial alta, osteoporosis y migrañas.
Cuando a un baño de agua caliente se le agrega sal de Epsom ayuda a aliviar el dolor muscular. También se ha demostrado que reduce la inflamación muscular, disminuye el estrés, mejora la circulación, suaviza la piel y beneficia al estado de ánimo.
Según Mark London, en su informe de investigación “The Role of Magnesium in Fibromyalgia” (“El papel del magnesio en la fibromialgia”), la deficiencia de magnesio puede desempeñar un papel importante en el proceso de la enfermedad, ya que está presente en muchas funciones del cuerpo, incluyendo la regulación o la inhibición de los receptores nerviosos, que se consideran fuentes de dolor de la fibromialgia.
El sulfato de magnesio puede ser absorbido a través de la piel directamente en el torrente sanguíneo para ayudar a relajar el tejido muscular.
La recomendación de los expertos es que el agua del baño sea caliente, esto por que cuando se eleva la temperatura del cuerpo, los vasos sanguíneos en la piel se dilatan y llevan la sangre cerca de la superficie. Las toxinas son llevadas a la piel para ser puestas en libertad y la absorción de magnesio y sulfato se lleva a cabo. Permanecer en el agua hasta que se enfríe permite que la piel libere las toxinas.