Para no resecar el cuero cabelludo, para que el color dure más tiempo o sencillamente para ahorrar horas y horas de secado y peinado, sea cual sea la razón, es por demás sabido que lavarse el cabello cada tercer día es más que suficiente. Pero ¿y las de cuero cabelludo súper graso? Pues shampoo en seco.
El shampoo en seco puede convertirse en tu arma secreta de belleza si se usa correctamente:
Lo que sí
- Un shampoo para tu tipo de cabello. El shampoo en seco viene en más de una presentación. Los hay en spray y en talco; cada uno tiene varios “efectos”: volumen, control de grasa y olores distintos. Encontrarás tu formula perfecta.
- La distancia sí importa. Si eliges shampoo en seco presentación spray, rocía las raíces desde una distancia de mínimo 20 centímetros. Esto ayuda a que el producto llegue y se distribuya de manera natural sobre el cabello. No querrás manchas blancas en el cabello.
- Masajea. Y no solo para relajarte, difuminar un poco el producto es básico. Después de aplicar el shampoo en seco, espera unos segundos y luego usa tus dedos para hacer desaparecer el exceso. Además este “masaje” tiene el plus, ayuda a añadir textura y volumen a tu melena.
Lo que no
- Hasta la raíz. No rocíes por todo en cabello. Solo lo debes aplicar en la raíz. Tienes que ir partiendo tu cabello en secciones y aplicarlo en las zonas que más lo necesiten.
- No exageres. La mayoría de las fórmulas tardan un par de minutos en absorber toda la grasa del cuero cabelludo. Con esto en mente, cuando apliques producto es importante que esperes un poco antes de volver a rociar.
- No te toques el cabello cada cinco minutos. Si continúas haciéndolo a lo largo del día, los aceites y suciedad que se acumulan en tus manos se van a quedar en el cabello dejándolo grasoso. Y adiós efecto shampoo en seco.
Anota, el cabello normalmente está más grasoso en las mañanas. Por eso, es bueno aplicarlo un shampoo en seco antes de dormir, así controlas el exceso de grasa mientras duermes.