El yogurt griego es un producto lácteo hecho con leche de vaca o de cabra y, por lo general, contiene entre un 9 y un 10 por ciento de materia grasa láctea.
Para elaborar el yogurt griego se elimina el suero (el líquido que queda después de que la leche cuaja), lo que da como resultado un yogurt más espeso que el regular, con menos azúcar e hidratos de carbono y más proteínas (incluso puede llegar a tener el triple) que un yogurt tradicional.
Es una de las elecciones preferidas de muchos nutriólogos. Deben tener una (o muchas) razones para recomendarlo. Resulta que las proteínas sacian el hambre, es decir, estarás más satisfecho y por más tiempo. Ahora bien, ya que estamos respetando los preceptos de un estilo de vida más saludable, tu primera elección debe ser un yogurt griego natural ya que además de ser más versátil, las versiones saborizadas contienen mucha azúcar (hasta 25 gramos por porción, igual que un vaso de refresco). Si lo consideras un tanto ácido puedes agregarle fruta fresca o una cucharada de miel de abeja.
Elegir el mejor yogurt griego es solo cuestión de revisar la información nutrimental de cada una de las marcas y sus versiones, aquí te van 5 tips para hacerlo fácil y rápido:
- Elígelo alto en proteína. Un buen yourt griego sólo puede deber su consistencia a la concentración de las proteínas de la leche y nunca a la concentración de grasas. Al menos 9 gramos de proteína por envase.
- Selecciónalo bajo en grasa. Sus ingredientes deberán ser principalmente leche y sólidos de leche descremada.
- Entre menos azucares, mejor. Procura que no tenga más de 10 gramos de azúcares añadidos.
- Que sea versátil. Quizá con algunos cereales premezclados.
- Elígelo como un verdadero alimento nutritivo y no solo como un postre. Puede ser parte de cualquier dieta equilibrada y recomendable en cualquier momento del día: desayuno, colación, comida o cena.