¿Te ha pasado que, tras un largo día, al estar tranquilo en cama te das cuenta de que todo el tiempo funcionaste en automático? Despiertas, te subes al transporte, vas a clases o al trabajo, llevas a tus hijos al colegio, respondes correos y al día siguiente repites la misma operación, así siempre, esperando a que llegue el añorado fin de semana en el que ahora sí, puedes disfrutar… No todo es estrés.
Es común escuchar esto y también es muy preocupante pensar que de siete días de la semana solo uno o dos nos brinden verdadera emoción, hay muchos factores que pueden contribuir a este sentimiento, por ejemplo: un trabajo monótono, hábitos que nos bajan la energía o el exceso de responsabilidades. Algunos de estos factores están fuera de nuestras manos, pero hay otros que podemos modificar para dejar atrás la monotonía y empezar a sentir que amamos lo que hacemos y que podemos tener euforia por la vida.
Busca felicidad en las cosas pequeñas. Crea rituales o date pequeños gustos que te motiven en tus actividades cotidianas, por ejemplo: Si eres amante del café despiértate un poquito más temprano sólo para disfrutar con calma esa primera taza del día, si haces mucho tiempo de traslado a tu trabajo u oficina crea una playlist con la música que más te gusta, ten en tu oficina alguna planta o accesorio que te haga sonreír y que haga más bonito y a tu estilo tu espacio, aunque parezca algo insignificante, recuerda que el día a día se hace con estos pequeños momentos ¡aprovéchalos para bien y disfruta, dejando de lado el estrés!
Crea una rutina que te brinde alegría ¿Te duermes tarde por estar viendo la tele o redes sociales?, ¿todos los días te enojas porque “no tienes nada que ponerte o “nada te queda bien?, ¿te cuesta despertarte y llegas tarde a dónde vas? detecta los pequeños momentitos que representan una piedrita en tu camino y trata de darles la vuelta con una buena rutina: arregla tu clóset y saca lo que no usas, no te queda, o como diría la famosa Marie Kondo: lo que no te brinde alegría, vístete cómodo, arréglate de modo que te sientas guapo (a) sin esperar a que haya una “ocasión especial” para usar tu ropa favorita (¡todos los días son especiales!), busca unos zapatos que te gusten y te sirvan para caminar y rendir todo el día en la oficina o designa un tiempo en la noche para acostarte prender una velita rica y no ver el teléfono, sino leer un libro que te guste, verás que aunque al principio cuesta trabajo, ¡valdrá la pena!
Desarrolla hábitos saludables. Vivir de café, garnachas y refresco no sólo te enferma ¡sino que te baja la energía!, lo que hace que sientas que haces un esfuerzo sobrehumano para rendir durante el día y para hacer las cosas que te gustan, come sanamente y prepara tus alimentos, dedícale por lo menos 30 minutos al día al ejercicio moderado que te ayude a estirar tu cuerpo y sentirte fuerte poco a poco (¡puedes subir una foto a redes sociales y así inspirar a alguien más! o recibir un buen like como apoyo), designa una hora para dormir y deja el celular para aprovechar tu descanso al máximo, dedica tiempo de calidad a los que más quieres (amigos, pareja y familia), designa un día a la semana para cenar con ellos, tomar un café o dar una vuelta por el parque o centro comercial ¡te sentirás contento y renovado!
Una cosa más…
¿Sabías qué?
-Puedes aprovechar los colores para mejorar tu estado de ánimo y dejar atrás el estrés, por ejemplo: si necesitas energía y confianza el rojo, naranja o amarillo son tus aliados, o puedes usar azul, blanco o negro para transmitir confianza, calma y elegancia.
-Tendrás más energía si cambias esas papitas o barra de chocolate por una fruta que te gusta combinada con yogurt y nueces, te sentirás mejor, sin bajón ¡y de paso cuidas tu figura!
-La música influye en nuestro estado de ánimo, cambia el ruido de la ciudad por la música que más te guste y olvida el estrés.