El príncipe Guillermo Alejandro de Holanda marcó el miércoles la pauta de lo que podría ser un reinado de estilo relativamente relajado e informal, al decir en su más reciente entrevista que sus súbditos no tendrán que dirigirse a él como su majestad cuando asuma el título de monarca.
Las declaraciones del príncipe, hechas en una entrevista de televisión grabada, son una señal de que será un monarca informal más semejante al estilo de su abuela, la reina Juliana conocida por su carácter campechano y por andar en bicicleta en público_, que al de su madre, la reina Beatriz.
El príncipe de 45 años y Máxima, su esposa de origen argentino, serán rey y reina cuando Beatriz abdique el 30 de abril después de 30 años en el trono.
“No soy un fetichista del protocolo. La gente puede llamarme como desee”, dijo Guillermo Alejandro. “Se trata de que la gente se sienta cómoda cuando estoy con ellos”.
También indicó que no tiene inconvenientes con las protestas que habrá en Ámsterdam cuando juramente en su nuevo cargo. Cuando su madre ascendió al trono en 1980 también hubo manifestaciones.
“Estoy convencido de que vamos a tener un magnífico día de investidura… en Ámsterdam, donde habrá oportunidades para protestar y así es como debe ser”, agregó.
Mostrándose relajado y sentado junto a Máxima durante casi una hora que duró la entrevista, Guillermo Alejandro habló brevemente de una tragedia familiar que pesará en las celebraciones de su investidura: su hermano Johan Friso ha estado en coma más de un año después de quedar atrapado en una avalancha cuando esquiaba en Austria.
“Para la familia es un momento muy difícil”, dijo.
Otro ausente ese día será el padre de Máxima, Jorge Zorreguieta, exministro de Agricultura de la dictadura militar que gobernó Argentina con puño de hierro a finales de la década de 1970 y comienzos de 1980.
Su papel en el brutal régimen derivó en que no acudiera a la boda de Guillermo Alejandro y Máxima. Tampoco estará en la ceremonia del 30 de abril en Ámsterdam.
“Está claro, si mi padre no pudo venir a la boda en ese entonces, entonces está muy claro: esta es una celebración constitucional a la que no pertenece mi padre”, dijo Máxima.
Guillermo Alejandro dijo que después de preparase por años, ahora tiene confianza de estar listo para reemplazar a su madre.
Agregó que aunque quiere mantener la tradición de 200 años de la monarquía holandesa, también desea ser “un rey que en el siglo XXI pueda unir, representar y motivar a la sociedad”.